martes, 9 de febrero de 2010

EL PRINCIPIO


"HAY VECES EN QUE EL MUNDO SE CONVIERTE EN UN GRAN CAMPO DE CONCENTRACIÓN" IMRE KERTEZ.
Es difícil decir cuándo fue el comienzo de tanto despropósito por parte de los impunes malhechores que nos han robado la vida. Yo fui descubriendo poco a poco las aparentes "razones" de cómo llegué hasta aquí y de la manera en que llegué: mi apellido, la herencia, la foto en el periódico... Pero todo tiene un orígen, y mal que me pese, insisto en que ese orígen se llama María Teresa del Campo y Molina Vda. de Forns.Es fundamental, para no seguir cometiendo errores, no perder la memoria de las cosas que nos ocurren en la vida. Es fundamental, aunque nos duela, romper con aquello que nos perjudica decididamente sin dudas. Nosotros lo sabemos. Y esa "sabiduría" debemos emplearla

Esta es una imágen de Teresita Forns


LA MALA EDUCACIÓN
Mi papa, evidentemente nos educó mal: demasiado bien educados.
No hemos sido jóvenes de reacciones violentas o de carácter demasiado fuerte y de algún modo siempre fuimos tolerantes con los diferentes. Eso no es bueno para tres jóvenes que se quedan huérfanos y con una fortuna por cobrar.
En el caso de Teresita, de no haber sido tan mal educados, la tendríamos que haber enviado de vuelta desde el mismo aeropuerto de Ezeiza cuando la vimos por primera vez en 1978, a su casa. Como saludo, lo único que se le ocurrió espetar cuando le presentamos a mi hermano Eduardo (hijo de la segunda unión de mi papá) fue -"Este es el bastardo","¡El hijo de la puta! Tu madre era una sirvienta, y la encontré en la cama con mi marido!"- Su madre, al igual que mi papá, era la luz de los ojos de mi hermano, como los de él para ella. ¿Qué pasa que uno no es capáz de reaccíonar ante semejante brutalidad? Sí, se es jóven, estábamos desprotegidos -todos nos habían abandonado a nuestra suerte por la herencia (excepto los amigos...- inexpertos...). ¿Trabajados energéticamente también? Sí, definitivamente sí.

El viaje de Ezeiza a la Capital, no fue mejor. No paraba de despotricar, criticar y maldecir a mi papá...
Ya instalada en la ciudad -en un espacio en donde vivíamos nosotras (una pensión)- su mayor y mejor pasatiempo era hacer alarde de las joyas que poseía, mostrándolas a todas las chicas.

Mi hermana y yo vivimos siempre en pensiones para señoritas. Mi hermano, en otra para varones.
Yo por estas fechas trabajaba en una agencia de viajes de un judío que me estaba pagando el curso de mecanografía e inglés para prepararme en el terreno de las agencias de viajes.

¡Qué fué lo que nos pasó?!. Si lo estábamos viendo...
Una de las mayores verguenzas que pasamos con Teresa  fue cuando mi hermana le presentó a su amigo César, que tenía 26 años: No paraba de seducirlo, de insinuársele, de querer conquistárselo. El chico no sabía a dónde meterse...
Lo peor fue cuando el matrimonio amigo mío nos ofreció una cena de despedida; porque la idea era que yo viajara primero y luego mi hermana, para vivir con ella en Barcelona.
 El escándalo que armó en plena cena fue descomunal: el tema: seguir hablando (como único tema de conversación) mal de mi papá.
El matrimonio no había durado más de dos años; habían pasado más de 22 años, y era como si se hubieran separado el día anterior. ¿Qué había sido de ella en todos estos años!? Como si no hubieran existido.
Finalmente se encerró en el baño y no había manera de hacerla salir... Hubo que romper la puerta: estaba sentada sobre la tapa del hinodoro, con los ojos abiertos y los brazos estirados. Mis amigos la llevaron al dormitorio de la pareja y llamaron a un médico; eran las tres de la mañana...
¡Cómo es que uno no presta atención, no escucha, no vé el peligro aunque lo tenga en medio de los morros! Este médico nos advirtió: -"Con ésta mujer no vayan ni a la esquina, está loca, se viste como si no tuviera la edad que tiene, está fajada hasta la asfixia (ciertamente se vestía? como en la década del 60 y tuviera que estar expuesta en un escaparate), dice que la quieren matar y que se quieren quedar con su dinero..."- Nos dijo entonces que era una "psicópata paranoide"? Yo francamente no recuerdo cual fue el diagnóstico, pero sí recuerdo su advertencia...


Lo conversamos con mis amigos y finalmente decidimos que viajaría igual; quizas era una oportunidad de tener una familia y de estar unidos, y si la cosa no funcionaba, ya tendría tiempo y oportunidad de pegarme la vuelta; pero ¿y mi hermano? Ya nos encargaríamos nosotras de llevarlo también...
De nuestra herencia ni nos acordábamos; no nos percatamos de que los "robados" podíamos ser nosotros.

Finalmente viajé. La primera escala fue en Montevideo, Uruguay. Paramos en la casa del Embajador del Perú en Montevideo. Allí fuimos (yo por primera vez en mi vida, lo que me produjo un fuerte impacto) a una casa de venta de artículos esotéricos. Compró una imagen de un diablo de un metro... y otras cosas...

Cuando llegamos, primero estuvimos en Madrid en la  casa de una amiga suya muy jóven, como yo. Estuvimos dos días creo. Cenas afuera y compras de calzado por el frío.

Cuando llegamos a Barcelona, de noche, lo primero que hicimos luego de llegar a su casa -que me impresionó sobre manera porque no había un sitio preparado para mí (ni cama, ni dónde poner mi ropa) siendo que hacían meses que veníamos hablando de que yo viajaría para vivir con ella- fue ir con un amigo suyo uruguayo a Mataró. Este era brujo y la estatua comprada en Uruguay era para él, según dijo.

Recuerdo como si fuera ahora (y cada vez que veo en perspectiva las montañas de Barcelona de noche tengo la misma sensación) la tristeza que experimenté en el viaje hasta Mataró. ¡Como sabemos cuando algo no anda bien!

Cuando llegamos y ella bajó del coche primero, el hombre me preguntó -"Què quieres que haga para tí?"- -"No toques a mi hermana", le contesté. Me miró por el retrovisor y no dijo nada. Bajamos. Allí se puso de "negocios" con Teresita (así es como a ella le gusta que la llamen). Hoy me pregunto ¿cuánto dinero ha invertido en "trabajos" energéticos? De lo que estoy sí segura, es de que le ha dado resultado. Eso si, con su buen ingrediente de asistir cada domingo a misa y rezar todas la noches su rosario...
¿Yo y dios? Rezaba un Padre Nuestro por mi hermano todas la noches...

Por eso hoy yo -que ahora también soy ocultista- le recomiendo a muchos que vienen a echarse el Tarot conmigo que la mejor inversión que pueden hacer es hacerse trabajar energéticamente.

Entonces, a mis 24 años, todo ésto me impresionaba sobremanera y cuando un día que se olvidó la puerta de su habitación abierta y ví la bandeja con cigarros consumiéndose, copas de vino y cosas que le había regalado mi abuela en Buenos Aires, me estremecí...

Las cosas con ella no andaban bien. Ella se iba a trabajar y yo quedaba todo el día, hasta las 3 de la tarde sola en la casa, encerrada, con la puerta de su cuarto -lugar donde estaba el televisor- cerrada con llave, sin cigarrillos y sin ningún dinero. Mis cosas permanecieron embaladas durante los 28 días que estuve allí. Cuando venía, a veces con individuos que uno se daba cuenta que recién había conocido, no hacía más que criticarnos a nosotros (a mí y a la que había quedado en Buenos Aires) y a mi papá. Yo fui levantando presión con los días y comencé a contestarle cuando repetía la cantinela con alguna amiga que venía a vernos. Unas argentinas la convencieron de que me dejara las llaves de la casa y que me diera para poder fumar, por lo menos. Recuerdo que sí me inscribió en una academia para estudiar inglés pero no sé por qué no fuí sino una o dos veces, no lo recuerdo...
El colmo fue cuando un día se apareció con un hombre de 30 años. Pasamos la tarde en la casa y luego a la noche fuimos de tapas y vinos y a una discoteca (toda mi vida aborrecí las discotecas). No había dejado de seducirlo y de querer conquistarlo en tanto que el hombre estaba más por querer hablar conmigo que con ella. Claro, yo era mucho más joven... A mí, ni me iba ni me venía, pero me sentía avergonzada por su actitud. En la discoteca ya directam



Esta es otra de sus imágenes, pero ya vestida para fiesta...



ente se desmadró: se le tiraba encima, no dejaba mantener una conversación -hay que ver que yo era la turista- y cuando fueron a bailar fue lo más descarado que yo había visto en mi vida. ¡Qué verguenza pasé! Y tal era el escándalo que hasta un camarero de la disco me vino ha hacer un comentario...

Con el tema de las llaves casi llego a "liquidarla": se le había dado por dármelas y pedírmelas a los días. El último día no se las quise dar, por lo que me arrebató el bolso de la mano y me las sacó... Y así con el "dame las llaves" "no te las doy, porque ésta es ¡MI CASA!" fuimos poco a poco hacia el baño. Cuando llegó al borde de la bañera, no sé qué me dijo de mi papá y levanté el puño para darle... Creo que si no llega a haber gritado ¡NO ME PEGUES! le hubiera dado el trompazo y hubiera terminado adentro de la bañera... ¿Se hubiera desnucado, tal vez? De haber sido así quizás me hubieran dado como mucho ¿15 años? por homicidio imprudente? No lo sé, pero muchas veces he pensado que hubiera ganado el resto de mis años para mí, mi hermano estaría vivo, hubiéramos cobrado nuestra herencia... Ahora lo que vivo es una cadena perpetua y sin saber cuál fue mi crimen, vendida como un pavo para navidad y separada de todo y de todos, con unos carteles de calumnias y mentiras que creo que ni yo sé cuánto hay, y sin comerla ni beberla; mi hermano no sé dónde está, si vive o si lo han matado, su madre no tengo tampoco idea qué fue de ella... y más...

Finalmente me puso un día las maletas en la puerta y la cerró. Estuve en casa de una vecina y en casa de las chicas argentinas hasta que la convencieron para que me devolviera -como un paquete, como yo le dije- a Buenos Aires.

El viaje de regreso escribí muchas de éstas cosas vividas con ella, en el avión. Fue un viaje largo y lleno de dolor íntimo.
Lo escrito, desapareció todo a partir de 1997 cuando comenzaron a robarme... costumbre que no se les ha quitado hasta hoy.

Cuando llegué a Buenos Aires mi hermano ya no vívía ahí´; se había mudado a 800 kilómetros. Hablé por teléfono con él por el mes de Octubre de ese mismo año; por el mes de Noviembre recibimos un telegrama (o algo así) que nos teníamos que presentar a cobrar la sucesión de mi papá. Buscamos a mi hermano. No lo encontramos.

No lo veríamos nunca más ni nunca más sabríamos nada de él...

 En ese momento no fuimos concientes... Quién me hubiera dicho cuando lo abracé en la calle Rincón y Rivadavia, para despedirnos, pués yo ya me iba a España, que sería la última vez que lo vería!!! Desde hace mucho tiempo digo precisamente eso: Nunca sabes cuándo va a ser la última vez que veas a alguien...

Cuatrocientos kilómetros de ida y 400 de vuelta para nada... La herencia había desaparecido: la razón? Que alguien se había presentado a reclamarla... ¡El descaro, la impunidad!; la misma que a "mí" me acompañaría toda la vida en toda gestión o trámite judicial/legal que quisiera realizar...
Lo sabría con los años.

Notable también el hecho de que cuando volví de mi viaje a España, ¡sólo en 28 días!, había perdido todas las amistades que había dejado...


He practicado el olvido de todo el pasado como terapia de buena salud. Te lo recomiendo: Olvida el pasado a no ser que sea estrictamente necesario recordarlo. Es de buena salud. Sólo mantén la memoria para tratar de no volver a cometer los mismos errores, tropezar con la misma piedra; pero por lo demás, ni te acuerdes. En éstos momentos me siento fatal. Odio traer el pasado, recordar cosas tan dolorosas, porque el dolor vuelve, la impotencia vuelve... Y ya nada se puede cambiar. Por eso no sirve traer el pasado, porque YA NO SE PUEDE CAMBIAR.
No sé desde cuando me volví una persona optimista, de buen humor y siempre alegre... No, no tengo el "tipo" de "la víctima". Eso lo cargué hacen muhos años; lloré, rogué, supliqué, me anonadé, pasé por la estupefacción y hasta por el intento de quitarme de en medio... Pero entonces me dije ¿y por qué yo me tengo que quitar de en medio? Que se quiten ellos. Y a partir de ahí, a partir de decidir sobrevivir a costa de lo que sea, ¡de tu propia vida! -porque hay que ver lo que me harían pagar mi decisión de sobrevirir a pesar de todo!- (con el tiempo me pregutaría si valió la pena...) es que debes "aprender". Aprender los cómo y los por qués... y los para qué.
No es fácil rehacerse cada día. Hace falta saber cómo, haber aprendido, haberte aplicado en estudiar y asimilar y practicar. Hasta que se te incorpora. Luego es casi mecánico, natural.

Como te decía, detesto tener que escribir todo ésto, rememorar y ventilar tanta mierda. Por muchos años la tuve sepultada -por siempre-, pero ahora siento ´-quizás- "la necesidad" de exponer todo a la luz, pero con el único propósito de que La Inmunda Mentira que ha sepultado mi vida sea la que quede sepultada en su lugar, así como lo que sea que ha sepultado a mi hermano; y a la verdad de quienes hemos sido y de quienes somos: Hijos de Mi Padre.
Pero, y cuáles fueron, aparte de los mencionados los problemas con Teresita? Muy bien: Si te ponías a asear la casa, que no lo hicieras; no lo hacías, por qué no lo habías hecho -sumado comentario a las "visitas"-; reproches cada tres minutos y medio de que "era hija de mi padre", cosa que no se lo discutía, sino que "a mucha honra". Que "no nos había dado una educación", (qué sabía ella lo que había hecho mi padre por nuestra educación?, porque no quitaba la cucharita del pocillo de café americano que viene sin platillo? Y encima lo decía ella que no escribía ni una sola palabra que no tuviera una falta de ortografía. Muchas veces me pregunté si lo hacía adrede. ¡cuánto lamento no haber podido conservar las cartas! Formó éste hecho parte del mismo proceso?), que "las ha dejado en la calle" (estábamos esperando cobrar la sucesión...), que "les ha inculcado el odio hacia mí" (otra abasoluta mentira). Aquí debo decir que los que me habían hablado de ella fueron los familiares de mi papá luego de que éste ya no estuviera. Que era (livianamente hablando) una casquivana. -Siempre dudaron de que fuéramos hijas de mi papá...(pero yo soy idéntica a él y mi hermana a su abuela, la madre de mi papá)-

Pero lo que sí me parece menester destacar es que me contaron que en unos de esos "conflictos" que mi papá sostenía a diario con su mujer, de tener que llegar a la casa y no encontrarla a ella, sino a nosotras -desatendidas y solas- y tener que salir a buscarla a ver dónde estaba ésta vez, fue que la halló en un coche (como decían que era habitual) cerca de la casa y que el que estaba con ella era el "edecán" del que era presidente en ese momento de la Argentina... Que muchas veces esas búsquedas -por el tipo de personas con las que ella se relacionaba y con la que tenía que enfrentarse mi papá para devolverla a la casa, eran a punta de pistola... Pero claro, era la familia de mi papá, ¿qué podían decir? , no podían ser imparciales. Después de estas experiencias "con mis prpios ojos" ya había empezado a pensar que me habían dicho la verdad. ¡Pobre viejo mío!...
Volviendo a los conflictos de nuestra convivencia, "que el agua del grifo, también la pago, deja de tomar tanta agua!", que "¡cómo te vas a bañar cada día!!! (Típica costumbre argentina; con el tiempo -ahora- me acostumbraría a otra cosa...) ¡Pero tú sabes cuánto pago yo de....!etc. etc. etc. Aclaro que vivía en un sobre atico en la calle San Antonio Claret 63 bis, y Cerdeña que abarcaba toda la esquina y por el que pagaba 6.000 pesetas por mes de hipoteca...
"Y cada vez que uses la pica, sécala". Yo sí, ella no. Comer cuándo y qué y cómo a ella le apetecía...
Pero lo peor de todo eran las calumnias y el estar todo el tiempo pegada al teléfono hablando mal, y mentiras!, de todos nosotros y principalmente de mi padre... Era un verdadero tormento... Además ponia muy mal el hecho de que, a pesar de tener lugar en la casa, no preparaba un lugar para mí y mis cosas y el caso de que ninguna de sus relaciones conocía nuestra existencia, ni amistades ni parientes políticos; absolutamente nadie y eso que había que ver las ridículas historias que contaba del por qué no había vuelto a hacer acto de presencia en nuestras vidas hasta "ese preciso momento": y, por supuesto, de todo la culpa la tenía mi padre: que nos había robado, que nos creía muertas porque en el robo hulló con nosotras en una moto y... ¡justo pasaba el tren...!...
Tengo otra pregunta: ¿por qué uno acepta tan gentilmente la locura de los demás...?
Quizas la respuesta sea que lamentablemente la experiencia y el conocimiento viene solamente con los años... O no.
Ahora bien, lo lógico es que después de tal experiencia, nunca más, ¿no?, pues no. Habría más y durante veinticinco años...
No recuerdo cuándo, después de ésto,
se reanuda la intercomunicación con Teresa, pero el caso es que mi hermana viaja a España en 1982 -siempre por intermediación de Teresa- y yo viajaria posteriormente cuando ella ya estuviera instalada. Siempre el objetivo era no sólo mejorar económicamente y salir del sistema de constante inestabilidad socioeconómica de Argentina, sino el poder reestablecer una familia, siendo que éramos -ya para éstas fechas- tres mujeres "solas"...
Fue otro tremendo fracaso ya que en 1984 mi hermana me envía una carta contándome que ella la había denunciado por "terrorista" -problema resuelto gracias a Dn. Pompillo, un Sr. que conocía a Teresa y había conocido a mi hermana y que intercedió-, que no tenía dónde estar y que estaba sin dinero ninguno. Yo entonces ya tenía el pasaje para viajar a España, así que visto los acontecimientos, se lo envié para que pudiera regresar...

Creo que fue en 1985 que alquilé mi primer "morada" cerca de Plaza San Martín, en la capital. No constaba más que de 1 ambiente, dividido, con kitchinet y baño completo, pero para mí era mi "isla", el lugar a dónde llegar y descansar dejando todo lo demás afuera. Lo alquilé de la forma más inverosimil, ya que la dueña no me exigió depósito y, el dueño de la inmobiliaria a dónde trabajaba los fines de semana en la venta de casas y pisos(departamentos), fue el que me salió de garante -MARCOS MUSSALI-, un SEÑOR AMIGO, que no olvidaré én mi vida: Además de todo, una vez estaba preocupada porque las ventas habían ido no muy bien ese mes y no llegaba a pagarle a la propietaria. Cuál grande fue mi sorpresa cuando me llamó Marcos para preguntarme cuándo iba a ir a cobrar la comisión que tenía... Me caí sentada: una de las propiedades de las que me había hecho cargo, se había vendido... y Marquitos Mussali me había guardado la comisión... Un Judío, (para los que hablan imbecilidades de los judíos). Marquitos murió en 1986, con 46 años, de un cáncer fulminante que se lo llevó en, si mal no recuerdo, 3 meses...
Característica personal es el hecho de que cuando tengo problemas muy gordos suelo aislarme para no joderle la vida a los demás con mis problemas. No he sido una persona de quejarme de puerta en puerta ni de andar de chusmerío contando mis desgracias o qué cretinos son los demás. Para eso ya tenía a la que fuera madre de mi padre y a la que fuera su primera esposa: la biológica madre mía. Y tampoco compartía con aquellas amistades que practicaran este tipo de "tertulias", por lo que como amistad duraban poco...
Pero cuando las cosas me van bien, me gusta ir a buscar a la gente y compartir el momento y las circunstacias favorables, y, si es posible, agasajar a quién sea que esté en ese momento...
Por ésto, cuando alquílé éste apartamentito, sé que le escribí a Teresa por ello y que la invité a cuando viniera a Buenos Aires, a estar en mi casa.
Y creo que fué entonces cuando empecé a pensar que "esto es cosa e'mandinga", porque al tiempo de reestablecer la comunicación con ella, para mí comenzaron los problemas: perdí mi trabajo como administrativa, con juicio de por medio -es ahí cuando mi abogado me impugna "mis propios testigos", un chico que trabajaba en la empresa bajo mi cargo; ya no tengo guardias por la venta de propiedades y, pese a que me porté a "raya" con el pago del alquiler, la dueña, una exquisita mujer mayor, viuda y que muchas veces me había invitado a su casa, no quiso renovarme el contrato. Había terminado enfadada con las amistades que había cosechado en ese tiempo, excepto mi compañera de estudios con la que mantendriamos la amistad por 20 años...
La vida en mi "isla" se había terminado dieciocho meses después de comenzar; otra vez esa sensación de que todo esfuerzo había sido vano. Tanto sacrificio de trabajar, estudiar (cada día de 19,30 a 23 hs.), trabajar los fines de semana en la venta inmobiliaria... Definitivamente algo en mi vida no funcionaba. Las amistades terminaban haciéndome pasar malos momentos y se perdían (excepto aquellas buenas).

Ya para entonces había cambiado mi concepto con respecto a cómo y por qué algunas mujeres vivían de los hombres: en especial, para no ser vividas por ellos...
Yo ni era vivida ni vivía de ellos y tenía (como siempre) el gran reto y propósito de vivir prescindiendo de las ayudas masculinas: si ellos podían en la vida salir adelante sin tener que venderse ¿era yo acaso menos? De ninguna manera... ¡Què carísimo me lo harían pagar! De hecho nunca supe pedir favores.
Pero volviendo al tema de las mujeres-hombres, con respecto a Teresita ya me habia olvidado sus cuestiones con los másculos y "todo había quedado perdonado".
Tuve 2 grandes amigas; una durante 24 años y la otra por 20. Las dos, por diferentes motivos, dependían de los másculos... Que cada uno con su vida haga una azucarera, si quiere. Ese comenzó por entonces a ser mi lema y lo sigue siendo -a pesar de lo que digo en las ocasiones que me peleo con la "gestapo", como yo llamo a los acosadores-vendedores-difamadores.
Fué mi hermana la que me sacó del bache presentándome a unas amigas con las que me podía quedar en su casa: María Rosa y Carolina.
Francamente con mi hermana no teníamos -nunca- la buena costumbre de convivir. Las dos para eso tenemos caracteres bastante complicados en lo que yo me quejo de ella y ella de mí, además de otras cosas que aquí no voy a poner por no venir al caso en este momento.
Estudiar, estudié practicamente toda la vida. Me hubiera gustado ser actríz (?). Lo que sí sé es que estudié teatro , primero en M.d.P. (representé un monólogo de Antígona, de Sófocles, en una sala de teatro frente a 800 personas a los 21 años. Mi hermano estuvo presente. Luego, por los 24/25 me inscribí para retomar en la Escuela Municipal de Arte Dramático, Labardén, en Buenos Aires. Ya no me acuerdo si éramos 300 y quedábamos 29 luego del exámen. Lo que sea, salí seleccionada. Por un "bloqueo" en el exámen final de 2º año, abandoné faltándome 1 año para terminar... También estaba muy cansada. Estudié mecanografía, estenografía. En algún momento después de todo ésto, decidí terminar mis estudios secundarios para entrar a la facultad. Quería hacer Filosofía y Letras. Un mal consejo profesional me sugirió que estudiara otra cosa porque ¿quién necesita un folósofo?. Terminé cursando 6 meses en la Facultad de Psicología y abandoné por agotamiento, supongo yo... Y la verdad que la perspectiva de estar 10 años cursando materias, dejó de seducirme...Ya era 1988...