miércoles, 28 de abril de 2010

CON SANGRE


¿LUEGO QUIEREN HABLARME DE LA ABLACIÓN...?

NO SE SI EL CRISTIANISMO ES EL CUENTO MEJOR JAMAS CONTADO, PERO  DE LO QUE SI ESTOY SEGURA ES DE QUE LO HAN FUNDADO Y FUNDAMENTADO EN EL DERRAMAMIENTO DE LA SANGRE; LO HAN VENDIDO CON SANGRE Y LO IMPONEN CON SANGRE, Y LO RIEGAN PARA QUE CREZCA, CON SANGRE; SANGRE DE LAS VÍCTIMAS, DE LOS OPOSITORES Y DE TODOS LOS SACRIFICIOS HUMANOS QUE A ELLOS SE LES DA LA GANA, POR LOS SIGLOS... Y CADA AÑO FESTEJAN LA SEMANA DE LOS SACRIFICIOS - SIMBOLIZADO EN EL UNO- EL SIMBOLO ES UN INVENTO QUE ALGUNAS VECES  LLAMAN JESUS, PERO LA VERDAD SON (MOS) SUS VÍCTIMAS LOS QUE LOS MANTENEMOS; NOS SACRIFICAN, REPITO, POR ESA GRAN MENTIRA QUE LES HA GENERADO TANTAS GANANCIAS Y TANTO PODER COMO EL QUE HOY OSTENTAN, Y EL ENORME CAUDAL DE DINERO CON EL QUE HOY SE CUBREN.

LAS PRÁCTICAS, YA LAS HEMOS VISTO: CONTROL MENTAL, MANEJO Y CONTROL DE LAS VIDAS, LA CALUMNIAS, LA MENTIRA...; EL CONTROL DE LO ENERGÉTICO Y EL ASESINATO ACOMPAÑADO DE LAS TORTURAS MÁS ABYECTAS; LA SIEMBRA DEL TERROR, Y EL EXTERMINIO.

HAN INTENTADO -Y EN GRAN MANERA LO HAN LOGRADO- FALSEAR LA HISTORIA, Y AHORA, VUELTA A TOMAR EL CONTROL DE CADA ESTAMENTOS DE LA SOCIEDAD...
 
 


   





ESTE INSTRUMENTO SE UTILIZABA? PARA INTRODUCIRLO EN LA BOCA, LA VAGINA O EL ANO DURANTE LA BARBARA INQUISICIÓN
 

Y es segun mi pinión esta la prueba más fehaciente de que en realidad no creen en ningún dios, menos en aquel "salvador" dios de amor que se inventaron, salvo en el adquisitivo, el oro, las piedras preciosas, las posesiones contantes y sonantes y el dominio con ese poder adquirido que dan las riquiezas y la impunidad de los asesinatos en masa: el terror, el sometimiento a toda costa (ajena, por supuesto).
Aprendieron el poder de lo energético y no hay diferencia entre ellos y los "tribales" que sacrifican animales y/o personas, o los- que practican el vudú o la Alta Magia Negra, si no fuera porque te lo hacen tragar como un dios de "amor", cosa que los otros, más honestos, no hacen.
Yo, sinceramente, no necisito un dios que tenga que ser impuesto por la fuerza, un dios que aborrece y niega (y reniega)   de lo que se supone, o venden, "el mismo ha creado", que es LAMUJER


Terminado el 24-04-2010

lunes, 19 de abril de 2010

RESUCITANDO MUERTOS

Hay quienes están resucitando muertos para difamar (o no), para deshonrar, humillar, manchar y mancillar sus nombres, sus figuras; sus trayectorias en vida. Desde los que han sido de más renombre, famosos, hasta el vecino de la casa de al lado.


Yo lo quiero hacer para para limpiar las deshonras, la ignominia que ha mancillado sus nombres, sus imágenes, así como la mía propia. Y claro que para eso tengo, desde el volcán en dónde estoy sentada,  que entrar a lanzar puños de lava contra aquellos que se han vanagloriado y han comido (y siguen comiendo) de nuestras carnes.


Se los debo, se los debo a todos aquellos que se arriesgaron, que se la jugaron por mí, que apostaron por mí, que vieron en mí quién yo soy y buscaron a su vez un hombro en mí, que no pude sostener por no poder sostenerme ni yo misma, siendo que tengo la fuerza DE LA VIDA para resistir la adversidad.
Se los debo a aquellos que han sido engañados, envueltos y tragados por esta tela-de-araña-devora-vidas., y a aquellos que sus vidas han cambiado solo por el hecho de haber querido permanecer a mi lado...
Se los debo a aquellos que me dieron todo esperando poder lograr algo bueno con ello, pero que no supieron ni ver, ni evaluar el grado de perversidad de los perversos que sí probablemente consideren, nos evalúen, como que no somos como ellos, que no somos humanos...


Porque alguien muy bien dijo:


"El conocimiento de la verdad coloca al hombre sobre una base sólida y firme y le da un claro criterio de todas las cosas desterrando de el la pena y mortificación que causa la vacilación y la incertidumbre"


En RNE se entrevistó al profesor Joan Carles Malik, de la U.A.B, con motivo de la publicación de un libro suyo, en el que cita una secuencia de la película "El Pijama de Rayas", en el que es lo que le contesta el comandante nazi a su hijo sobre los prisioneros: "no son como nosotros, no son humanos..."
Este profesor opina que esa era la "moral" nazi, cosa que a mí me lleva a pensar entonces dónde se coloca lo que yo aprendí como inmoral y amoral. Me parece que hacer esa interpretación es otro atraso en el avance, en la evolución, como especie humana.


Opino que la empatía es un traspaso energético, y el que es compasivo no se lo plantea, solo siente.
Sí, trabaja sobre el emocional; y, ¿no tiene que ver con la conciencia?, ¿no estamos anestesiando a la conciencia?
Y esa es la marea que está cubriendo el planeta: INSENSIBILIDAD




Porque mi papá no lo hizo mal, salvo ser, probablemente tan entero que vistas las circunstancias, decidió casarse y con la persona equivocada, no sólo dicho ésto por todos los que los conocieron, sino por los propios hechos.
Y él, como nosotros tuvo que verse luchando desde entones con fuerzas de presión destructivas, devoradoras, maquiavélicas, perversas, hasta que a los cuarenta y siente años lo vencieron; porque no era el solo: tenía tres hijos de los cuales se había hecho cargo, responsable, de manera totalmente voluntaria, porque bien hubiera podido ponernos en centros -éramos terribles- hasta nuestra mayoría de edad, tal como se lo recomendaban unos y otros. Pero no, peleó en su hora por sus dos hijas y se  repeleó por su hijo varon -ya que su mamá también quería al niño para que viviera con ella- para tenerlos con el.
Y no lo hizo tampoco mal de esa manera, porque terminó siendo amigo de la mamá de su hijo y el niño pudo tener a su mamá y a su papá.
No, no lo hizo mal. Eramos 5, 7,8.
Y, salvo breves intervalos, vió, presintió y sintió como no sólo era atacado el por esas fuerzas oscuras sino que lo vio-presintió- en sus hijos también.
Peleó contra esas fuerzas con diferentes métodos que nunca llegaron a ser efectivos (¿porque no fue constante?). Probablemente no les tendría fe y esperaría en ese dios católico que había aprendido de su época de monaguillo; ese dios que no obra de ninguna manera sencillamente porque no existe.
Y fue a buscar para nuestra educación en los curas; a San José de Calasans fue a conversar por esto con un cura católico que no nos quiso recibir porque mi papá era separado. O sea, hijos de separados, no.
 Pero, la querida María Teresa del Campo y Molina, un escorpión destilando veneno y muerte por donde quiera que va, tiene las puertas abiertas entre los curas católicos de par en par... E incluso ella sí, se casó por segunda vez y por la iglesia católica. Para eso vino a fastidiar a mi padre por el año 1968 -que había conseguido estar bien como nunca-, a pedirle el divorcio, pero ahora sí, legal. Después de ésto, comenzaría el declive de mi papá hasta el final.
No, mi padre no lo hizo mal. Cuanto mucho buscó en el lugar equivocado (como yo) por una creencia (fe) equivocada. Hoy lo veo. Hoy lo comprendo. Hoy entiendo tantas cosas que ví y que vivi a su lado. Y sin comprender, sin la certeza, sin pelear energéticamente (como hoy se sabe), y sin probablemente saber cómo hacerlo, no sobrevivió. Era lógico y natural. No se puede cargar con tanto. Aunque el intelecto resista, el cuerpo es el que a veces no aguanta.
Y sí, quiero otra vez dar gracias a mi papá porque recién ahora comprendo lo que es llevar una casa de 5...6..., a veces 8, 9 personas, con tres "trabajados" rebeldes, (bueno, uno tan rebelde no, mi hermano, pero sí muy "trabajado"); "trabajado" el y toda su familia, la economía (los negocios)... ,y con toda la porquería que incluso hoy seguimos cargando nosotros.
Le doy gracias porque fue un buen hombre, de buenos sentimientos, de buen corazón.


             La mala educación que nos dió se basaba en mantener el equilibrio entre fuerzas que están constantemente oponiéndose siendo que todas constituyen un todo: la familia. ¡Qué difícil para un hombre y sólo! Y sabía que si no dejaba las cosas preparadas, iban a ir por nosotros, a despojarnos. Me lo dijo: "necesito tres días para que ustedes no se me queden en la calle, después me puedo ir tranquilo". Esos tres días para el no llegaron. Esa misma noche no aguantó más y dejó de estar.


Estaba cansado, herido, solo, si se quiere, abandonado. Los hijos jóvenes nos damos el lujo de pelearnos, de abandonar a nuestros padres, pensando, creyendo que no nos interesa, (y hay! cuánto le debo!) que siempre van a estar ahí. ¡Pero eso tampoco nos interesa! ¡Qué soberbios, qué ignorantes!


Quero dar gracias también a mi hermano Eduardo por haber sido sencible, mi amigo y a veces consejero. Por no perder nunca, ni en la peor adversidad el sentido del humor. Gracias por haber sido una buenísima persona.


Gracias a aquella persona que me abrió las puertas del conocimiento de lo energético y la de las casas en las que ella entraba (...) en esta tierra hostil. Y sé que muchas las perdió por ésto, y sé que aún así no le importó. Gracias. Eso no tiene precio...


Gracias a Bibi, que si bien no me olvido de sus defectos y debilidades (quién no tiene ambas cosas), era una buena mujer. (¡Y qué mano tenía para la cocina!!!)




Hoy, padre mío, que sé lo que es enamorarse, ser joven, lo que son los hijos, lo que son las relaciones afectivas,  que sé lo que es la mujer con la que te casaste, lo que es tener que hacerse cargo, llevar adelante una familia, hoy que recuerdo lo difíciles que éramos, hoy que sé lo que cueta tener un techo y miro lo que tu construiste y como eras, me lleva a valorarte en el real valor que tenías y me siento orgullosa de haber sido tu hija.
Vos luchaste contra lo mismo que hoy luchamos nosotros, pero por cinco...


Aunque me deshonren, hoy yo te honro, papá mío. Estoy, una vez más, orgullosa de haber sido tu hija y de ser como soy -aunque tengo mis duros arrepentimientos, no te creas...; pero por mi propia evolución- gracias a tí.


Ahora entiendo por qué te lo pasabas sentado delante de la máquina de escribir, por qué de tus insomnios, de tus dolores -yo también los he padecido, igual- y ahora sé por qué eran; el por qué tus salidas a la madrugada, en tu bicicleta, cuando no había nadie, el fresco te podía aclarar las ideas y, quizás encontrar un sitio, solo, para llorar tu pena, que no compartías con nadie. Gracias por haberme hecho partícipe tantas veces de esos momentos "madrugones" y haberme llevado contigo, haciéndome compartir tus momentos de soledad y quizás, de pena, que nunca tampoco me dijiste.
Quizás con la mamá de tu hijo, tu amiga, compartiste los dolores y las penas de la vida, porque con ella habías compartido las desgracias que te acarreaba Teresa, la madre de tus hijas a través de la distancia; y aún así nunca le guardaste ni un mínimo de rencor...Y, estoy también segura, de arrepentimiento. ¡Has sido grande, padre mío, has sido grande!


Papá querido, yo no lo hubiera podido hacer. De ninguna manera. Y mucho menos mejor que tu.
SE LOS DEBO.


Me lo debo a mí misma porque callé durante treinta años, siempre contemporizando, matarlas callando, y fue un error.
Y porque el tiempo de callar se acabó.
Hay que gritar siempre, y gritar fuerte. Que todo el mundo te escuche, desde el principio, antes de que sea demasiado tarde, antes de que te pongan una mordaza en la boca y luego ya no puedas ni moverte, ni respirar.


La denuncia discreta, calmada, educada, apenas musitada, está destinada a morir bajo la notoria, estruendosa y prepontente violencia del opresor, del maldito violador del derecho. cuyo objetivo es despojar y el hecho debe ser descaradamente arbitrario y de la manera más impune y que así se vea y se note; y quizas lo usen de esa manera para que sea "ejemplarizante". Como en la inquisición
Y porque se merecen que les pida perdón.
Perdón a mi papá por haberlo abandonado en los que serían sus últimos tiempos. ¡Qué mal que apostamos a veces!
Perdón por no haber podido frenar la deshonra que acarrearia a tu nombre y a tus 20 años de sacrificio por mí. ¡Cuántas veces me pregunté si realmente te valió la pena! Perdóname, porque aunque no me lo merecía, ¡tú tampoco!


Perdón a mi hermano Eduardito por haber corrido detrás de "la chancha y los veinte", y haberte, no sólo  abandonado, sino, luego lo sabría?, haberte entregado a la perversa de Teresa.
Cuántas veces me he arrepentido de haberte llevado a ¨BsAs! Hubiera sido diferente entonces? Yo no puedo saberlo, porque ya andaban detrás de tí, y ví que el imbécil que podría haberte ayudado era el que me lo estaba diciendo. ¡Qué manga de inútiles hemos tenido pegados a nosotros! Inútiles u oportunistas, no lo sabemos...


Perdón a mis hermanos por haber confundido..., no sé, no sé qué fue lo que confundí, pero perdón por la reunión  en Athos. A veces pienso que de haber hecho lo que se me pedía, todo lo demás no hubiera ocurrido.


Sí, en eso también tíenes razón... 

INSENSIBILIDAD

Incluso yo misma. Bajo de un tren y en esa misma estación acaban de atropellar a un hombre. Los restos aún estaban desparramados por las vías. Yo, apurada por el trámite que iba a realizar, no me paré ni a mirar. Al volver para prender el tren de regreso, completamente contrariada por el resultado de mi gestión, recién estaban recogiendo lo que quedaba del hombre. Cuando vino el tren, subí y me marché.
Lo que es yo, ante semejante suceso, no había sentido absolutamente nada.
Y me quedé cortada en ese darme cuenta. Durante tres días no pude dejar de pensar en esa persona y en mi propia frialdad ante el hecho. En quién era y que era lo que había ocurrido.
A los tres días tuve que volver al mismo lugar, y de paso por la ventanilla de la venta de tickets, pregunté qué había sido. "Ah, uno que se arrojó a las vías; un boliviano", me contestó el ticketero, como si dijera que no había pasado nada, que sólo se había abierto una maleta...Me asombró e indignó más su actitud que mi propia postura. Era como si hubiera dicho "no, se desparramó una bolsa de basura". Fui a esperar mi tren ya de regreso y me inspire a hacerle un poema -que como no lo escribí en el mismo momento, se me esfumó-. Se llamaría "Insensibilidad". Pensé en su decisión en Bolivia de viajar a España a ver de buscar otros horizontes detras de mares, tierras y fronteras, a ver si hallaba lo que allá no. Que quizás se había marchado con lo último que le quedaba y dejando promesas. Que junto con el billete de viaje y la maleta, había viajado con un sueño por cumplir, unos planes para realizar y unas ilusiones que esperaría concretar. Pensé en su lucha de inmigrante, en las respuestas: "Si no tienes papeles... no, no hay trabajo." Pensé estaría sin más dinero, pensé estaría sin tener donde vivir, pensé en su sueño convertido en la pesadilla de la realidad golpeando fuerte y bajo; pensé en su sensación de fracaso y punto final como carga y las promesas muertas. Pensé en que vio la muerte de su futuro antes de decidir su propia muerte... El mundo acabado, antes de acabar consigo mismo también. Y en "nuestra" insensibilidad ante tanta desolación de un alma para llegar a esa determinación.
Y a nadie le importaba.
 Ni a mí me dolió.


Leí (y recomiendo) "El Idiota Moral", de Norbert Bilbeny. Cuando lo leí me pareció extraordinariamente esclarecedor de cómo se llega, se consigue, insensibilizar a las masas.
Casi siempre, a fuerza de ver dolor, y de padecerlo, si sobrevives, te insensibilizas. Y digo casi porque puede ser una de las razones, a veces.

Los discursos inclinados hacia cierta dirección también terminan provocando este mismo efecto. La frivolidad, la superficialidad, el culto a la banalidad, la irreflexibilidad...


Y es en ese estado emocional que tenemos un mundo como el de hoy, que nunca sabré si es peor que ayer, o solo más difundido.


Pero el amor, que pensándolo un poco, quizás se genera propiciando los ingredientes opuestos a los anteriores, es una energía de responsabilidad - (!qué palabra¡), de compromiso...
Cuando estuve en Estados Unidos, una de las cosas que más me agradó fue que cada vez que subes a un bus quien conduce te da inequivocamente los buenos días/tardes/noches.
Qué poca cosa, qué poco cuesta y sin embargo qué buena impresión que te produce.
La cortesía, la amabilidad, el trato respetuoso, la consideración, quizás podrían ser unos mínimos buenos ingredientes para comenzar a fomentar la energía de amor...
Aunque es cierto, hay tanto mar de fondo, que, como me comentó alguien en españa, suena a hipocresía; pero qué bueno que sería que empezáramos, como al principio, desde casa, desde nuestro entorno, a ayudarnos a crecer en este sentido, porque no cabe duda de que por no ser hipócrita, nos estamos volviendo unos desagradables, insoportables, incompartibles seres, cargados de groserías, malos pensamientos, sentimientos y acciones, y, como digo yo, eso también es "contaminación ambiental"; y de la peor.

A propósito del tema,  me parece apropiado anexar las siguientes frases de Jorge Bucay:
"...uno crece. Nadie le crece. Pero ello no ha de ser una coartada para abandonar a alguien, nunca mejor dicho, a su propia suerte."
Y de esto se trata cuando asumes tu propia responsabilidad sobre tus actos en cuanto puedan atentar, ya no contra tí, que si tu quieres y crees que vale, te la juegas y pones la cabeza para que te la corten, sino contra los otros por tí.


Siempre tenemos responsabilidad hacia los demás en lo que actuamos, y ante la misión, ¿qué prevalece más, el deber o el amor?


El amor es y constituye un freno de la individualidad.


Soy, creo, enseño y recomiendo el individualismo. Pero no el individualismo a ultranza, caiga quien caiga y a costa de todo y todos.  No, no, no. Hay cosas en las que tenemos la obligación moral de hacernos responsables y ese límite que pone el amor es el poner en riego al otro. Y el miedo.


El amor y el miedo son dos frenos poderosísimos.
Pero el miedo se puede -y se debe- vencer ante la mision.


- El amor, nunca!!!-


¿Cómo se genera el amor? Promocionándolo, fomentándolo, practicándolo con la compresión, con el entendimiento del otro; y eso no significa estar pegados, juntos.


Todos estos escritos tienen la finalidad de restaurar, de reivindicar. Sobre todo a los ausentes: mi papá y mi hermano..., y luego a mí misma, a los míos. Para que se sepa quién es quién y como es (y ha sido) cada quien. Es una obligación moral.

domingo, 18 de abril de 2010

CABALLOS DE TROYA


Y cómo han llegado a conseguir lo que hoy en día es?
Sí, son como caballos de Troya.
Se presentan como amigos, consejeros...: indagadores. Entran disfrazados de buenas personas, ayudadores. Se apoderan de toda la información, distorsionan, envuelven, manipulan,
 que "si, que es", que "no, que no es", (¿qué cosa? Todo lo que puedan hallar en el diccionario para difamar) una y otra vez, por tiempos y tiempos, por años, hasta que llegan a implantarte en el entorno la identidad que se han propuesto. Y los otros, los manipulados-ínformadores- cuando se quieren dar cuenta, ya es tarde. No sólo han sido utilizados, sino que ahora presienten que son cómplices, así que es mejor continuar con el juego-trampa y  callar.
Es como funcionó en un principio hasta llegar hasta hoy.


Ahora, ya no les hace falta. Ahora ya se han apoderado de tu tiempo pasado, de tus intentos de reclamo, de tus oportunidades, de tu historia y han impuesto la que se han inventado.


Ya no son los invasores.
.

Ahora son los amos

EL FRENO

He descubierto algo? Cómo se instaura la moralidad, la ética, el freno a las inclinaciones, a los impulsos que el bípedo implúmedo pudiera tener para ir en contra de?
Obviamente es el amor, el afecto, la comprensión, la afinidad, la empatía, el saber identificarse, el ponerse en lugar del otro. La compasión: padecer con el otro. Cuando esto falla, tenemos el mundo que es.

Pero, ¿qué es lo que activa la máquinaria del amor?, y ¿qué es el amor?

Obviamente es una energía y para mí es muy difícil saber, dentro de los neófitos del conocimiento del control de las energías, como se activa.
Parece que no fuera algo "natural", innato, en el bípedo implúmedo, sino que llega con la enseñanza, la educación, la cultura. No parece que fuera a ser "instintivo".
Para mí es complicado entenderlo porque he conocido historias de huérfanos de corta edad que se criaron solos,en la calle -una en particular - y que a la mediana edad había formado un imperio económico (eso sí, se sacó la lotería, pero lo supo capitalizar -siendo en este caso esa la virtud-), había formado una familia y habia conseguido tener dos hijos exquisitamente educados, aunque su compañera en esto le fallo.
Otros casos tienen familias "bien" conformadas, sin demasiados tropiezos, pero no consiguen levantar emocionalmente en el afecto, el respeto y la consideración hacia los demás.

No soy partidaria de la psicología tradicional -no conozco bien la holística-, medicando para todo y sin conseguir de verdad ningún avance en la mejora o sanidad del afectado. No creo en la psicologían ni en la psiquiatria tradicional.
Y digo esto porque en mi opinión ha sido uno de los grandes males de nuestro tiempo, porque se ha apuntado a la individualidad a costa y coste de todo: matrimonio, pareja, hijos, amigos... y hoy el individuo se ha quedado solo "haciendo lo que "quiere"  pero sin tener quien se interese por ello, por lo que hace, por como es, por como piensa, por cómo y lo que siente. Y cuando se está, se está mas revueltos que juntos.
Desde el psicoanálisis se ha levantado la cultura del desamor.
Mal que nos guste, el amor es sacrificio, es negación, es ceder, es dar un lugar, en TU LUGAR, al otro. Y esto es compartir necesariamente.
Somos dos, uno habla y el otro escucha: el otro habla y yo escucho: darse, concederse un lugar (momento) a cada uno. Sean dos, tres, o cinco, así debiera funcionar. Como en las pelis. Pero no es así en infinidad de ocasiones. Las veces que escucho grupos (o dos) que están conversando, están constantemente tapándose, hablando el uno arrriba del otro. En teatro lo llamábamos "pisarse". Ahora no se pisan, se trepan uno arriba del otro y al mismo tiempo.
Se despiden y cada uno se va pensando en su propio discurso. O no. A lo mejor han desarrollado un mecanismo para, a pesar de que hablaron todos juntos, al mismo tiempo han podido aún así registrar lo que dijo el otr@.
Es decir, que nos hemos vuelto tan yoístas que no tenemos mas lugar ni espacio que para nosotros mismos: cómo, dónde y cuándo yo quiero y lo que yo quiero, porque es mejor, y a mi manera.

 ESO ES NUESTRA SOCIEDAD.

Y las palabras que mejor la pudieran definir sería INSENSIBILIDAD, frialdad emocional, inconciencia (conciencia cauterizada, anestesiada, total ausencia de ella).
Falta de amor y la pregunta ¿qué genera esa energía, la del amor?, para mí sigue sin respuesta. He vivido los últimos años su contrapartida (como se puede ver en mis escritos anteriores): el desamor, el odio, por lo que de eso sí puedo hablar un poco, pero del amor es más difícil.

viernes, 16 de abril de 2010

GRUOCHO MARX - LA FRASE






"La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados".                                                                                                                                                          

EL SISTEMA HACE AGUAS

Sentencias:

Cuando aquellos que representan a las naciones -y yo no los llamo gobernantes-, cuando aquellos que están al frente de las instituciones (o que las representan), cuando aquellos que se autodenominan "Ilustrísimos" -más de uno los llamaría de otra muy diferente manera-, ya no infunden respeto, es que el sistema está fallando, pero que fallando.

No hay, por lo que yo se, organismo institucional que infunda algún tipo de repeto; cuando no tienen una cosa, se les descubre otra. Los organismos -los órganos- institucionales están enfermos; de este a oeste y de norte a sur -con quizás alguna honrosa excepción- no hay un órgano institucional, oficializado o no, que funcione correctamente, y, cuando todos los órganos de un organismo cualquiera se colapsa, se entra en crisis, en coma y está a punto de morir...

La pregunta es, si éste sistema tan conocido nuestro muere ¿hacia dónde nos dirigimos?

Hace muchos años escribí que volvíamos al sistema de la esclavitud: trabajar solo para dormir y comer, y esto, en muchos casos con suerte. También me referí a la época feudal ; y en esto me parece que un poco ya estamos. Quizás la diferencia es que hoy nadie se hace -realmente- cargo, no hay ningún tipo de responsabilidad, ni afecto hacia el esclavo o "afeudado", lo que genera que redunde en la proliferación de indigentes...

En su momento (1996?) escribí que era una sociedad emergente, entre los que habría (¿y hay?) desempleados, mayores de edad, alcohólicos, adictos a los estupefacientes, enfermos, perseguidos, exiliados, refugiados, ex convictos, separadas/¿os?...; un sinnúmero de gentes que pasarán a ser ex  que a nadie le interesará -salvo quizás a sus iguales- qué.

... Y a las nuevas tecnologías que también contribuirán a aumentar el número de ex, porque una vez "te pillen", y según como te pillen, jamás volverás, ni tú ni los tuyos, a ser lo mismo.

Cuando comenzó la era de la mecanización ya se sabía del "coste social" que ello acarrearía. Pero los cálculos casi siempre se quedan cortos, y lo cierto es que la realidad de desborda y quí nos deja, como desechos de una sociedad que ya no cree -digo yo- sino solo en el "sálvese quien pueda", y en el "tú, despabila".

Yo por mi parte creo que cuando ví a Saddam Hussein humillado, denigrado y escarnecido como apareció en los medios, y como lo asesinaron legalmente después, me dije: se acabó, el sistema acaba de autodecapitarse. En esta falta de respeto quedan(mos) envueltos todos, porque, al fin de cuentas había sido un estadista y, de hecho, ni el primero, ni el único, ni el mayor genocida...
Y me da a pensar que esta sensación quedó flotando en el aire para más de uno.

Avances científicos. La ciencia permite clonar con fines terapéuticos -¿qué son estos nuevos nacidos?, ¿como una aspirina?-; ¿cuánto tardaremos en clonar porque "la/lo hecho de menos", porque "era muy guapo/a" o para "abastecer" otro tipo de "necesidades"?

Fue también por esa época que escribí que los clones también serían una "clase" emergente, hechos a medida para "abastecer necesidades" (¡nunca se me ocurrió que serían para fines terapéuticos!) de defensa (policía, ejército, control ciudadano) y que los nacidos de mujer pasaríamos a ser una casta inferior dentro de "los elegidos a nuestra medida".

Pero, es sabido que la realidad supera a la ficción: ¿será que terminaremos siendo el alimento de "los especiales" (clones).? ¿Ya lo somos?. En gran medida, y según el cristal por donde estés mirando, SI; sí que hay un gran consumo de carne humana a través de la llamada pornografía, comercio de órganos y todo lo que ya sabemos -o creemos saber- que hay. Pero, ¿llegaremos a "Cuando el Destino nos Alcance", la película que protagonizó Charlton Heston?

Terminarán concibiendo, gracias a la ciencia, los masculinos y eliminando a las tan aborrecidas féminas?

Si, repito que "El Gran Hermano" (1984) ya está aquí con el sistema implantado en el gran movimiento de las masas migratorias..., y en el sometimiento a "los disconformes". A dónde se escuchan las voces de los que se oponen al sistema? Tonterías, muchas; chusmerío de mercado. Hablo de aquellos que reflexionan, no lo que les mandan a reflexionar, sino los que usan de libre pensamiento y reflexión. Esas voces están silenciadas (G.H).

A veces se habla de ellos -antisistema, les llaman-, pero no de lo que ellos dicen, del por qué son antisistema, qué es lo que proponen. Lo que es yo, no estoy enterada.

Escrito original del 25-04-09, por Yanina Yolanda Bottarini.

LOS PROFETAS

miércoles, 14 de abril de 2010

DERROTERO

El principio de esta situación fue verdaderamente desagradable. Fui a buscar ayuda a una de las iglesias de la zona donde ya había estado anteriormente para ver de encontrar alojamiento y resolver de algún modo tan desagradable situación. Lo único que conseguí es que se enteraran de todo el problema, pero nada más. No les daba en la gana ayudarme de ninguna manera.

Se que fui a Sants a dejar el equipaje grande. Ya pagaría cuando lo retirara. Y empecé a ir a un sitio y a otro, pero la noche me encontró sin tener un sitio dónde dormir.

Ya había pasado por el Ayuntamiento, por la Generalitat, por la calle Comercio, y por un albergue -por un día, no mas-, (un chalet vacío, con capacidad para diez camas) en Hospitalet, y por la policía.

En algún momento me fui a la iglesia de San Agustín. Este "mossèn" me ayudó dándome un poco de dinero para que pagara una habitación por día -o días-, me escuchó toda la problemática, y buscó ayuda estando yo adelante. Pero "las energías" que utilizaron contra el y contra mi fueron tan fuertes que hasta el se preocupó. También fue un error hablar de "lo energético" con el, porque, si habían utilizado malas energías contra mí (y eso era indudable), yo no me había dado cuenta. (¿?). Pero, al tiempo de haber hablado con el mossèn mi preocupación relacionada con lo "espiritual" y lo que conmigo habían hecho, ya sea por el, o porque -y es a lo que más estoy inclinada a pensar- el a su vez hablaba con otros o superiores, el perjucio para mí fue mayor, porque empezaron a usar "energías" brutales que antes nunca habian usado.

Ahí fue cuando comenzó el "satanás" (una energía fuerte, fría, oscura, penetrante).
Luego, con el tiempo, recordaría las situaciones vividas en este sentido en el Pagola, del Ejército de Salvación y comprendería muchas cosas de las ocurridas allí. Por ahora, estaba experimentando algo totalmente nuevo y aún era creyente den dios...

 Llamó a una abogada de "Derechos Humanos". No se que era lo que ella le decía, pero la cara de preocupación con la que me miraba parecía decirlo todo. Cuando colgó, me dijo que no querían hacer nada. Aún así, me envió a otro lugar, no lejos de ahí a ver una letrada. Esta mujer, siendo que conseguía hacerle los papeles de regularización a inmigrantes aún a chicos que habían delinquido, a mi no me ayudó en nada.

En una de esas visitas a San Agustín para ir a hablar con el mossen, me encotré en medio de un gran festejo. Había gente de todos lados, las h de la Caridad, y unas cuantas congregaciones más. Aún así me quedé. Pero el verdadero espectáculo fue cuando, sentada yo en primera fila, vi al que en ese momento era arzobispo de Barcelona en el atrio al lado del mossen morado como una ciruela...

Yo aún no los había bautizado "pimientos del piquillo"...

Una de las cosas más notables de todo este conflicto en ese momento, era que todas las iglesias, luego lo sabría, eran del Opus Dei.

Haciéndola corta, este mossen me ayudó un poco económicamente, hasta que "las versiones" lo hicieron desistir. Que "ahora" buscara a "otro" que me ayudara, me dijo un día con no disimulado disgusto.

martes, 13 de abril de 2010

POR QUÉ? PORQUE...

No recuerdo cuando, pero al final llegué a deducir que todo lo ocurrido podía deberse a la famosa foto del periódico con mi imagen y el crimen cometido contra esa hermanita de la iglesia.

Yo me fui de Buenos Aires, de Argentina, como explico por ahí, poco tiempo después de ese suceso.

Y si al llegar aquí "sospecharon" de mí, de que yo podía estar huyendo de ese "problema" (que en realidad a mí no me había traído -al menos que yo supiera- ningún problema), y que era culpable? Podía ser una especie de "venganza" por esto? Eso incluso podía explicar los odios, los maltratos sin justificación ninguna y sin tener que ver con mi conducta... Una simple y constante provocación a modo de lisa y llanamente venganza? Lo que no pagaste, te lo vamos a hacer pagar de todas maneras, y con creces? Sí, podía ser perfectamente, al principio. Luego, abuso y nada más que abuso, al ver la vulnerabilidad, lo fácil que es ir contra una mujer, que ya tienen vendida, contra la que ellos han cometido un delito -porque mi inocencia está a la vista, en los hechos, en la conducta ¡¡¡durante 20 años!!!- y, si algún día se entera, no tenga ni voz ni voto para chillar... Y si estuvieran encubriendo a la persona -socia?- que saben que es responsable? Porque detras del disfráz de "buenas y ayudadoras personas" hay premeditación y alevosía...

El método? Inteligentísimo. "Que no, que no es", "que sí, que sí es",
y que no, y que sí, hasta que termina siendo sí.
"Que se calle, que ya se van a cansar, que no diga que la persiguen". Y los "emisarios": "Ten paciencia, ya se van a cansar...", hasta que llegaba la culpabilidad, y con ello también los palos...
Y así, por años...

Lo que aquí se llama "una de cal y una de arena". Y ellos, siempre con piel de oveja...
 Eso fue lo que me reconcieron en LAX: que aparecían como gentes -mayormente religiosos- que "me querían ayudar", y, como yo les dije a las señoritas del AIDS, me habían empujado hasta allí; huyendo, para estar en las mismas.


Pero no. Nada de todo esto es verdad. Las cosas comenzaron antes, mucho antes. Todo esto no es más que eslabones de una misma y larguísima cadena...


Los psicópatas -y más las asociaciones de psicópatas- no paran con sus víctimas hasta que no ven que ya no respiran.

AY,BARCELONA, AY.

Me comuniqué otra vez con la monja de la Bonanova por trabajo; también necesitaba un sitio donde dormir. Dí vueltas. Fui a lo de unas sudamericanas que pese a las referencias de la hE me trataron bastante mal, y no me recibieron. Terminé en un hotel en Hospitalet donde pagaba 2500 pts. por día.

La hE me ofrecía para viernes, sábado y domingo, en una casa fuera de Barcelona...

Yo, a todo esto, había estado pensando que en LAX había sido el único lugar que en donde, al menos, me habían admitido que estaba perseguida y coaccionada en cada paso que daba, así que había decidido, luego de todo lo vivido en Italia y Francia, que volvería a Estados Unidos, y para eso necesitaba trabajar. Pero ese trabajo no salió.

Ya, habiendo estado en Milano, había intentado comunicarme con la gente que conocía de LAX enviándoles faxes diciéndoles si me ayudaban a volver (ya me había arrepentido de regresar) pero las muy caraduras de las empleadas de las librerías, me enviaban los faxes a números de teléfono diferentes a los que yo les daba, y cuando se los reclamaba, me decían cualquier verdura. Qué morro!

Como sea, por un anuncio conseguí trabajo como camarera en un local frente a la Clínica Goodman, y me fui a una habitacioncita compartida por la Meridiana, a la vuelta del trabajo.
El cálculo era que de lo que ganara sacaría para la habitación. Y así fue. Necesitaba urgentemente renovar mi residencia para no quedarme ilegal. Se había vencido en mayo pero tenía tiempo tres meses más. Para eso necesitaba el contrato de trabajo y la señora me lo hizo, pero no lo presentó. Tocaba agosto y el Notario estaba de vacaciones. No me lo creí. Ya había problemas. De haberme contratado para que le controlara el local y "las fugas", que las había, había terminado pelando patatas en la cocina.
Recuerdo su cara cuando se lo comenté; como si dijera "y el gran favor que te estoy haciendo..."
Pero mis compañeritos, seis, se me echaron encima. Entre otras cosas, en vez de que termináramos a las tres, terminábamos a las cinco; retrasaban el trabajo y se iban distrayendo para que terminara haciéndolo yo.
También es cierto, que al ser un local a la calle, el acoso era descomunal. En gran manera, formaba ésto parte del motivo que me tuvieran en la cocina.
El juego de los empleados, terminó conmigo. Me quedé de la mañana a la noche sin trabajo y sin dinero (lo trabajado ya lo había cobrado por adelantado para pagar la habitación y retirar los equipajes de Sants).
 Por la mañana, la dueña del piso -vaya lugarcito: cuando yo venía de trabajar a la madrugada, tenía que ir esquivando vidrios de botellas rotas por el suelo, de lo que se divertían bebiendo todas las noches- me arma un escándalo, porque le reclamé que me faltaba un pantalón y el uniforme del negocio, que tenía que devolver, que tuve que llamar a la policía... y me quedé en la calle..., con todo el quipaje y sin un céntimo.
Estabamos en agosto del 2001.

MILAN, HIZO HISTORIA TAMBIEN

 También había otra oficina dedicada exclusivamente para gestionar el permiso de trabajo, en la que presenté todos los papeles que tenía, incluídas las denuncias realizadas en España.


Con los chicos de Comunita Progetto nos caimos francamente bien mutuamente. Me invitaban a comer y conversábamos; bueno, es un decir, ya que ni ellos español ni yo italiano -no lo suficiente-, pero, nos entendíamos.


Al final, ir un día, y otro, y otro, a ambos lugares, para que terminaran devolviéndome todos los papeles y decirme que no podían hacer nada.


Con las chicas de la chiessa nos organizábamos para buscarnos de comer en un centro u en otro, de las chiessas también, y llegábamos todas juntas y nos íbamos todas juntas.
Al medio día, ya por separado, a los comedores, previo paso por la iglesia tal para que te dieran el permiso para entrar a ellos. Todo con pasaporte en mano porque en todos lados quedabas registrado con fotocopia del mismo y todo.


Colas en todos lados, y a donde fuera, siempre ser "identificada", "reconocida" por gentes que no habías visto jamás en tu vida y tampoco te habían visto...


Me robaron el pasaporte. El que me había sacado a mis veiticuatro años, con todos los sellos de mis viajes desde entonces y que de tantos sellos, era ya el segundo por haber estado muy lleno el primero. 


¿Por qué todo ésto, por qué tanto? ¿Por qué me habían hecho ésto y seguían y seguían? ¿Qué se estaba buscando? ¿Por qué las gentes no hablaban francamente?
Sacar citas (apuntamentos) en un lugar, en otro (todos de la chiessa -católica-, por supuesto). Resultado, lo mismo: caras raras, actitudes de desprecio, y nada. Cuando no ésto, se me quedaban mirando como si yo fuera una epifanía...


Un día vino a la chiessa-dormitorio una mujer que necesitaba dos chicas que eligió ella. Una no quiso ir, así que "me impuse", literalmente, yo. Necesitaba desesperadamente irme. Había visto cómo se ponía en práctica lo que en 2001 había oído por TV3 Catalunya. Mujeres que trabajaban año y medio y luego, nunca más. Por alguna razón no volvían a conseguir trabajo. Había visto rusas preciosísimas, la madre y las hijas, como tenían que aceptar lo que algún enamorado de turno les ofrecía para no terminar durmiendo en la calle. Había hído como algunos tomaban la Stazione Centrale como un mercado, ofreciendo 5.000.000 de liras a quien les consiguiera una joven para casarse.


Una de las que me hice amiga, María, terminó durmiendo con un compañero que conoció, en la calle. ¡Cómo me dolió! No podía aceptar que hubiera dormido en la calle! Luego, ya no la ví mas. Una mujer fuerte, de porte varonil, pero ¡qué buena mujer!
También me hice amiga de otra, Natasha, una chiquilla de 20 años, alta, rubia, bonita. Me tenía afecto, sincera, y me respetaba. Dejé de verla cuando consiguió trabajo para una casa. ¡Qué miedo me dió por ella! Recomendándole que se desvistiera y se bañara con la luz apagada. Que se cuidara para que no la vendieran...


El caso de una yugoslava: había trabajado un año y medio como doméstica, sin salir.
Juntó dinero, renunció a su trabajo, confiada de que volvería a encontrar, para ir a buscar a su hijo de trece años. Ella volvió para empezar a trabajar y el niño viajaría después.


El niño viajó y desde el autobús la llamó para decirle a la hora que llegaba. No lo encontró. Denunció, se fue a Roma a la radio y a la televisión. Nada. No volvió a verlo nunca más, ni nunca supo más nada de el. Se gastó todo el dinero y no volvió a conseguir trabajo.

La última vez que la ví fue en la Stazione Centrale durmiendo en los bancos...


Noticia parecida tuvimos en la chiessa, en una misa que se oficiaba por la desaparición de una de las hijas de una de nuestras compañeras; una jovencita que había venido sola desde su país, de dieciseis años. Lo último que se había sabido de ella era que una mujer la abía abordado en la estación diciendo que su madre mandaba a buscarla, subiéndola a una todoterreno, y nunca más. 


Ví el comercio humano. Estaba ahí, a la vista, a la luz del día; y siempre presente lo que habían hecho conmigo. Y no, no era la única, con seguridad que no.

Las chicas del este tienen una capacidad intelectiva de asombro. Yo ya conocía esto por Ludmila, una rusa de Chernobil que había conocido en el Pagola. Una extraordinaria mujer. Emprendedora, esforzada. Alta, grandota, bonita. Se había puesto a estudiar para esteticista. Una fanática de las ensaladas, que se preparaba todos los días en forma más que abundante. "Es que esto allá no hay" me dijo cuando se lo comenté.

Estas mujeres del este se aplicaban y aprendían el italiano en una semana; todo lo necesario para comunicarse y trabajar. Yo las admiraba.

Sí, necesitaba irme. Me despedí de la chiessa.

La señora que nos llevó tenía, en el Lago di Como, unos puestos de flores, y, en la misma propiedad, separada en tres partes, su casa (atrás), la casa doñnde estábamos nosotras (en el medio), y una terraza que daba a la calle (adelante) donde exponía para la venta muebles y artículos para la playa y el jardín. A mí me cayó muy bien esta mujer.

El puesto que me tocó a mí estaba a unos ciento cincuenta metros del mismo Lago di Como.

Selecciónabamos y preparábamos las flores en el garage de la casa, las cargágamos en la camioneta y a descargar en el puesto; previamente montar el chiringuito, la carpa.
Yo tenía que vender y mantener las flores fresquitas cambiándoles el agua cada tanto, acarreando los cubos de agua que iba a buscar de un grifo al lado del mismo lago. Es un lugar paradisíaco. Te explican que en aquellas montañas, está Lugano, ya Suiza.

Las manipulaciones, el todos te identifican y los rumores, eran lo mismo que en todos lados. Lo que sí dió término al momento fue que nos comentaron que la señora cuando acababa la primavera, cerraba el negocio de las flores y que tenía por costumbre reclamar faltante de flores a las chicas y terminaba por no pagarles. No tardó, después de esto, de venir a reclamarme a mí también, aunque llevávamos un control, y en retrasarse en el pago aunque se lo reclamara. No se si lo que me salvó fue que contrató a un chico que atendía un puesto en la carretera y, una noche, siendo las diez de la noche, y como el chico no venía, lo fuimos a buscar. Había dejado camioneta abierta y puesto abandonados, se había alzado con el dinero y había desaparecido. Lo más triste si se quiere es que era el favorito de la señora y la había fastidiado bien fastidiada.
Me pagó, y decidí marcharme; no sin muchas dudas, porque el sitio me gustaba muchísimo y pensé que podía arriesgarme a quedarme a pesar de todo. Esta señora era empresaria, tenía dinero y quizás hubiera podido quedarme con ella. Pero, me marché.

El dinero no me llegaba para llegar a España. Me fui hasta Génova, lugar que me pareció horrible. Para colmo cuando llegué llovía a mares.
Preguntando me indicaron una chiessa -como no- que quedaba "vicino" (cerca) de ahí... Por favor, lo que caminé bajo el aguacero, cruzando un parque, sin ningún tipo de reparo, con las maletas buscando el "vicino". Llegué hecha una sola gota de agua..., no, tres: yo y las maletas.

Decían que este sacerdote ayudaba a gente en situaciones difíciles.
Me hizo pasar, me escuchó -acompañado de dos jovencitos varones- en mi español, con mucha atención...
Yo le refería toda la situación, aún la situación de mi hermano...

Se retiró pidiéndome esperara que iba por ver de cómo ayudar. Volvió hecho un volcán -pero reprimido, a punto de estallar- me tomó del brazo, me acompañó a la puerta, y yo repitiéndole de mi hermano, en tanto el me repetía: "Su hermano? y ¿usted? Vaya, vaya. Aquí tiene este dinero y vaya. Y me sacó discretamente a patadas.

Esta vez me subí a un taxi, previamente tomarme un café cerca de allí en la acera de enfrete, en donde averigué de una casa de acogida, pero paga, y allí fui.

Fue espantoso. Muchas mujeres, una más grosera que la otra, con niños inclusive, y que estaban solamente para ver de que me sintiera lo más incómoda posible. Por supuesto esas actitudes no venían de ellas, sino de expresas indicaciones...

Mira, en una ocasión le dije a la Mayora Ferreyra, que nadie le falta el respeto a alguien con tanta impunidad, si no sabe que tiene el visto bueno de gentes de autoridad. No, no digo que todo el mundo se comporta de mil maravillas con todo el mundo, pero cuando te hacen el feo entre camarillas -que terminan siendo todas- no es espontáneo, en especial si recién te ven, si no te conocen.

Aquí viví un suceso que no había vivido en mi vida. No voy a poner qué, pero me dejó realmente preocupada y me empujó, sí, a buscar solución de manera urgente. No quedarme allí más de lo imprescindible y necesario.

Me decidí y entré en una iglesia -por supuesto católica- y le expliqué la situación de mi necesidad de volver a España y que para ello necesitaba dinero. Con esas caras tan características de alarma, y "¡cuidado!" que ya conocía tan bien, me dejó no lo suficiente, pero pude llegar a Niza.



SI, ESTO ES NIZA. ¿TE GUSTA?

Pues a mi no. Amaneces con sol y te vas a dormir con sol. Cafeterías con terraza por todos lados. La playa, pequeña y con ripio. No hay arena. Para dormir? Otra casa de monjas. Podías estar un mes sin pagar. Luego, no recuerdo si era un franco -o cien. Se que era algo irrisorio-.
Me enamoré de la comida francesa (que nos daban por la "noche" ahí mismo). Todo en base a leches y quesos, y el dulce-salado.

Buscas trabajo; problemas de idioma y permiso para trabajar. Ahí también busqué ayuda yendo a diferentes iglesias y a la policía a ver si `por esto me daban documentos. ¡Por favor, quería estqr legalizada y que me reonocieran que estaba siendo acosada, perseguida, coaccionada y que necesitaba ayuda!
Un buen cura, joven de la Iglesia de Sana Rita se movió para ayudarme. No hubo caso. Se quedó mal por esto, y yo también.

¡Ahhh, la Europa moderna y avanzada! Bajé un día a la playa, vestida como estaba y me quedé ahí en el ripio parada mirando la playa y el mar. Bajó una chica que era, sí, un verdader espectáculo. Sería modelo, actriz o algo de esto. Alta y perfectamente proporcionada, llamaba la atención. Se sacó la ropa quedando solamente con la parte inferior de la biquini, se puso en posición de loto y se expuso al sol. Unos cincuenta metros más allá había dos individuos jóvenes en slip. La miraban insistentemente y comentando con risas; y se dejaron ir. En unos pocos minutos los slips eran una verguenza...
Qué indignación que sentí! Como si me lo estuvieran haciendo a mí. Si ella no se estaba metiendo con ellos, por qué se metían con ella, que ella ni los veía. ¿Y esta era la Europa de la avanzada, del top less, de la vida "libre" ?

Me hice amiga de una marroquí, o algo así, una musulmana. Tenía problemas de falta de trabajo pero también con su marido que, por celos, no la dejaba vivir y la maltrataba. Ella quería dejarlo, pero no sabía como. Ibamos juntas de acá para allá y a buscar trabajo, hasta que el marido no quiso que se juntara mas conmigo.

Una mañana temprano estábamos por el paseo de la playa sentadas mirando al mar y charlando. Se nos acercó un judío, hombre mayor, (otro joven lo acompañaba, pero se quedó más allá) e inclinándose hacia mí, me dijo: -"Tiene que dar gracias a dios que por lo menos le han conservado la vida."- Y se marchó entrando al hotel de la esquina -si, ese fabuloso- . Me sentó tan mal. ¿Era vivir de esa manera estar "viva"? y, ¿quién era, por qué me lo había dicho?

Cuando se cumplió el plazo a mí no me aceptaron pagar los francos para quedarme (ya para ésto solía sacar algo de dinero pidiendole a la gente; la pasaba horrible). Tenía que irme. Así que tuve que moverme para poder viajar.
Allí también había llegado la mentira de que yo tenía mucho dinero. Las monjas algo habían averiguado porque las había oído comentar "no, no es verdad, no tiene nada", como si estuvieran desmintiendo una versión.

Fue Renfe (o el ferrocarril) el que me dió el billete a Pot Bou (o a Barcelona, ya no  recuerdo bien). Pero sé que volví en tren y llegué a Sants Estació. Como uno de los curas me habían dado algo de dinero, dejé las maletas en consigna en la estación.















viernes, 9 de abril de 2010

MILAN-MILANO

Volví a Milano con el firme propósito de regresar a Barcelona.  Estaba sin un céntimo. En el viaje -en el que tuve tantas dificultades que en Suiza tuve que solicitar ayuda a las fuerzas de seguridad, que arbitraron los medios para que me acompañaran- me había gastado más dinero y ya era poco y nada lo que, ahora sí, me quedaba.

Preguntando, preguntando, terminé en "la chiessa": un lugar donde dormir, comer, ducharse, regentado por "monjas" sin uniforme. Eso sí, misa cada día. Allí eran todas chicas (mujeres) del este: rusas, ucranianas, checas. Yo, la única sudamericana. Era un sitio, en Affori, que todos conocían si necesitaban personal para trabajar, y a veces aparecía alguien buscando para su casa, mayormente, o para su negocio. 

Yo estaba bastante conforme ya que antes de LAX también había estado en un albergue del Municipio y había sido desalentador.

La situación para mí, en general, empeoró: no me dejaban en paz ni cuando entraba al wc de un bar: venían a golpearme la puerta a ver "¡qué estaba haciendo!" 

Para viajar las chicas me habían enseñado a enjabonar los tickets para reusarlos. Cada día la Stazione Centrale se colmaba de cientos y cientos de personal del este. Era el punto de reunión para ellos. Yo, seguía buscando.
Encontré unos chicos de una Asociación: Comunitá Progetto. Se ocupaban de captar y reisertar gente marginada. Me cayeron muy bien y yo a ellos. Me invitaron a ver su asociación, me invitaron a comer a un restaurant, me propusieron trabajar con ellos, pero, en principio, necesitaba el permiso de trabajo (permesso di soggiorno).

Te voy a ser más sincera todavía y voy a simplificar: el monopolio del manejo, la administración, de la pobreza lo tiene el cristianismo. Ya sean evangélicos en EEUU, (también monjas y curas); en sudamérica, o curas/monjas en Europa (también evangélicos), al menos en España, Francia, Italia. Así que cuando un "no tengo nada" necesita algo, tiene que sí o sí caer en ellos. Así funcionan las Administraciones. Y cuando son cristianos los que te han hecho el feo, la jodiste, pero para toda la cosecha. 
Aún así sigues insistiendo, esperando que las evidencias hablen por sí solas y/o junto contigo.

Esperanza vana, inútil. Lo ven, lo saben. Pero los factores de poder SON EL VERDADERO PODER.

SÍ, LAS DECISIONES

Decisiones, decisiones, tomamos a cada momento, todos los días. Pero yo ahora le llamo decisiones a aquellas que de alguna manera nos van a marcar, nos van a llevar a cuestionarnos, para siempre, si hicimos bien, o no.

Fui al aeropuerto decidida a regresarme. La señorita encargada de gestionarme la partida me vio tan insegura que me comentó que era demasiado evidente que no estaba decidida, por lo que, a pesar de no estar el billete preparado para ello, me extendía la fecha de
partida a tres días más para que me lo pensara. 

Cuando volví a la oficina de AIDS y les dije que me iba, la chica me miró como si me dijera "¡No, la van a matar!! pero su silencio me molestó aún más y pensé, "me importa un bledo que me maten; no será peor que vivir de esta manera".
S., el chico del hotel ya casi ni hablaba conmigo y estaba sola como jamás me había sentido ni estado antes.

Vivir allí era caro: una habitación compartida costaba unos 300 dólares. Cuanto mucho se podía sacar 36 dólares por día, ya que pagaban 6 dólares la hora y no se podía trabajar más de 5 o 6.
Una vez fui a fer un hotel que publicitaba 17 dólares por día. El conserje me preguntó para quén era; cuando le dije que era para mí, me dijo "No". -"Cómo que no?, por qué?". "Porque no le garantizo su integridad personal", me contestó. No volví a recordar el aeropuerto como posibilidad. No sabía que era un lugar en el que se podía estar y permanecer y no se me ocurrió ni siquiera pensarlo.

Llamé a una tía mía por parte de Teresa. Dejé un mensaje ya que no estaban. Pero, ¿otra vez con cosas ligadas a Teresa?

Por otro lado, saqué un muy mal cálculo: Tenía la residencia española; en Estados Unidos me quedaba ilegal y sin perspectivas de cambio... Así que sí, regresaría, denunciaría a Dn. Alejandro Ruiz por lo de las tomas en el baño, volvería a buscar un trabajo de interna, buscaría luego donde vivir y renovaría la terjeta y luego planificaría mi vida tal como había pensado cuando estaba en Rios Rosas: sacarme el carnet de conducir, comprarme el coche y hacer mi vida retomando una actividad que tuviera que ver con la venta y/o lo administrativo. 
Y en Estados Unidos estaba asustada. Un día había estado en una cabina de la acera hablando por teléfono con S y uno pasó corriendo detrás de mí insultándome: "hija de tal por cual". 

S. fue quien me llevó al aeropuerto. Que no me fuera, que aún no habia disfrutado de todo lo que ofrecía EEUU... ¡No, claro que no! De hecho me había pasado quince días angustiada, desorientada, no dando pie con bola, viendo como todo se repetía, las relaciones terminaban siendo coaccionadas y alejadas y yo que no me habia decidido ni siquiera a comprar cosas como para salir a vender, y ahora me había quedado sin dinero. Además era un constante lloreo con una tremenda angustia que ni siquiera entendía por qué, porque si era por lo de siempre, ya estaba acostumbrada, así que esta nueva forma de "sentir" no la tenía tampoco muy clara. 

Anque aquella chica del coche y los bomberos y policía, resultó que no había sido ella, lo cual me dió una  gran alegría cuando la volví a ver en el centro (hasta las lágrimas), la experiencia primera me había dejado un poco a flor de piel. La negrita guapa enamorada se había marchado del Shelter porque había conseguido entrar en el programa que había estado esperando...

Claro, no, no había visto cómo se vive "bueno" en Estados Unidos. Incluso había querido irme a San Francisco, pero necesitaba 60 dólares, que no los tenía ya.

Que me quedara? Cómo? -"No me quedan más que diez dólares!"- le decía yo a S llorando a mares. -"No sé qué hacer. He pasado los quince días y no he hecho nada. ¿Qué voy a esperar?, quedarme que no tenga ni siquiera donde vivir, en la calle?" S. estaba casado y el tampoco estaba fuera de estar manipulado y me decía y hacía lo que le habían indicado. Es notoria la falta de espontaneidad y naturalidad de los que están manejados; no había dicho ni una vez de presentarme a su mujer o de ir a su casa. Y tampoco, al ver que yo ya no tenía más dinero, me había ofrecido nada. 

Al principio, cuando yo recién llegué, me había comentado que tenía mil conocidos, gente que tenía joyerías (a miles en LAX), y que podía presentármelos para ver de trabajar con alguno de ellos. Así que, al ver que eran las mismas manipulaciones de siempre, y tan lejos (¿?) me asustaban. Siempre lo mismo: "no hagas esto, no hagas lo otro", pero nadie ofreciendo que hacer, ninguna sugerencia efectiva; nada.

Así que regresé a Italia...





miércoles, 7 de abril de 2010

LAS DECISIONES

Tenía la fecha del vencimiento del ticket de regreso encima y no había resuelto ni conseguido nada. Para colmo la española de mi consuelo del Shelter, una amistad que no duró más de una semana, también yo había observado cómo estaba siendo acosada ella misma.
Me había contado su problema y me había referido que hacía muchos años que vivía por los diferentes refugios de Estados Unidos, en cada ciudad que iba. Cuando se le acababa el tiempo en uno, se iba de la ciudad, a otro.
Fue ella la primera que me dijo que los Derechos Humanos no sirven para nada...
Yo por mi parte me dí cuenta que a ella le habían hecho lo mismo que a mí: la tenían vendida desde su intimidad y su vida desde adentro de su casa. Y no encontraba tampoco quien atendiera su situación...
Lejos, muy lejos, como yo, de haberse dedicado en lo social y económico,a custiones relacionadas con el sexo.


Con ella habíamos ido a Hollywood, a Santa Mónica...

Hollywood es de risa. No son más de cuatro o cinco calles (no subimos a la colina). El teatro Chino, a dónde se hacen las grandes fiestas del cine, parece una maqueta de las películas de westerns. Las casas son todas bajas. Fuimos de día, claro, así que no vimos nada  extraordinario. La acera de las estrellas tampoco me pareció nada  espectacular. Fue gracioso.

También me llevó a la Biblioteca del Dawn Tawn de Los Angeles, el lugar en donde ella, como muchos de nosotros en la misma situación, pasaba la mayor parte de su tiempo.

También, sumando, fue muy desagradable cuando en una ocasión me hallaba en un sitio en donde se exhibían las figuras de Walt Disney en tamaño como uno, y al querer comunicarme con una señora con sus hijitos, apareció otra que le dijo a modo de ¡advertencia! que yo era del Shelter, con lo cual consiguió que se acabara la comunicación...

Faltando nada para irme encontré una oficina en la que no sólo me escucharon, sino que me admitieron que sí, que me estaban persiguiendo, porque ya habían estado también por ahí. Yo quería una solución legal, y ellos me ofrecían tickets para tren y autobús para que pudiera moverme sin problemas, un lugar dónde comer en Santa Mónica, pero para dormir tenía que ser el Shelter de los evangélicos. (Yo quería huir de los evangélicos). Que buscara trabajo y a ver qué se hacía. Mi temor era perder el billete de regreso y que, a la larga, me dijeran, como tantas veces había ya oído, que no podían hacer más nada por mí, quedarme en la calle por no tener más dinero y no conseguir trabajo por el acoso, y, encima, ilegal. Además, en el Shelter ya estaban anunciando reformas: que iba a ser sólo para mujeres embarazadas...
Estaba asustada. No me sirvió como aliento el ver llegar una mujer al Shelter con cuatro niños, para pedir ropa, en una 4x4 todoterreno... Me quedé de piedra...
Los relatos que había ido recogiendo de las mujeres con las que hablaba tampoco eran mucho más alentadores... Era como si el abismo estuviera a la vuelta de cada esquina...

Y el miedo.
Un tiroteo que se había producido a pocas calles del Shelter a las tres de la tarde...con no sé cuántos muertos.

Otra vez, se me había hecho tarde y me encontré a las seis de la tarde esperando el autobús para llegar al shelter (trayecto que normalemente hacía caminando): no había absolutamente nadie y todos ya sabíamos lo peligrosísimo que era andar a esas horas por ahí...

SE DICE RAPIDO...

El sitio estaba muy bien, bien organizado y bien atendido. Es un complejo eclesiástico enorme, que ocupa casi -creo- toda la manza, o quizás más. No conocí la parte de la iglesia. No me interesaba congregarme y, aunque seguía siendo creyente, no me interesaban ya las cosas de igelesia, ni "los hermanitos". Está ubicada en pleno centro de LAX -como le dicen por ahí-, en la Sexta y no recuerdo la otra.
Desayuno, comida y cena. Para dormir era un recinto grandísimo con camas cuchetas. En otra parte había un Store donde dejar las maletas -aunque la mía más grande había quedado en el hotel-, te proveían cada noche de un kit de ducha completo y el poder ducharse, cosa que era obligatorio todas las noches.
En la sala principal, no sólo se podía estar, sino que todos los días ponían una película. Ahí mismo, también cada día, había una "prédica", con canciones también.
En la parte exterior a esta sala había un patio con W.C., comunitario, en donde podías también estar. Para lavar la ropa, a unas dos calles de allí, había otro centro con un enorme patio exterior. Allí podías dejar la ropa y cuando la ibas a buscar, ya la tenías lavada y seca, un servicio que se usaba, pero más se prefería "el cambio de ropa" cedida por las donaciones. En ese mismo lugar funcionaba un dormitorio veinticuatro horas: las ocho horas se otorgaban por orden de inscripción; ducha y ocho horas de sueño... Eran camas separadas por mamparas, con tal calefacción que no necesitaban más que sábanas, que las cambiaban por cada uno que pasaba por allí.
También tenían un patio interior en donde se podía tomar café y chocolate -free- y estar ahí y fumar y pasar el día o las horas.

Otra sala, pero interior cubierta, tenía un televisor y era para más de veinte personas. Pasaban películas todos los días.
Mi corazón desfalleció cuando ví la enorme cantidad de gente durmiendo en las aceras; manzanas enteras ocupadas por "homeless" que pasaban sus noches y días a la intemperie.
No sé cuántas calles están ocupadas con centros para gentes "como una", que no tienen ni trabajo, ni dónde ir, ni dónde estar. Algunos, muchos, son de color; otros son mexicanos, sudamericanos, portorriqueños...
No recuerdo si me encontré con "nativos", me parece que una mujer que conocí y hablamos un poco, era nativa de USA; quiero decir, que no era ni de color, ni latina.
Jamás en mi vida había visto tanta gente marginal, desprovista y con tan pocas posibilidades. Me asusté.
También me llamó la atención el consumo de estupefacientes entre toda ésta gente. Jóvenes, muy jóvenes, completamente idas por las drogas. Una en particular me llamó impactó porque era una de color, bellísima, jovencísima, y completamente fuera de sí, no coordinaba de ninguna manera. Estaba completamente ida. Hablaba, gemía y gesticulaba sola, como quien está actuando o representando el papel de una obra o un texto. Me imaginé que habría incursionado en la actuación, y se había "quebrado" por alguna razón; quizás las drogas. También me hice amiga de una de color, guapísima, que se inyectaba de tal manera que se me quedaba en la calle, de rodillas en el suelo, sin poder levantarse. Estaba para ver si entraba en un programa de tratamiento y le daban un apartamento donde vivir. Me invitó a una fiesta de cumpleaños que se hacía en otro salón de "los centros de las iglesias". Eran todas personas de color vestidos como visten por sus países: con vestidos de colores vistosos, casi como de fiesta, tanto hombres como mujeres. Con esos sombreros que usan los hombres con pantalón y vestido encima. Vistosísimo, exótico. Bailaron hasta el cansancio. Yo, miraba. Era un espectáculo delicioso, extraño. Mi amiga estaba perdidamente enamorada del que cumplía años; un negro alto, corpulento, que bailaba que era una maravilla, y no de mal ver. El le correspondía en los sentimientos, pero algo, no supe qué, los separaba. Quizás las adicciones. Mi inglés era lamentable; más o menos como ahora.....Fuí a ver un trabajo. Una sudamericana. La llamé y quedamos. Las distancias en LAX son para tener en cuenta. Cuando por fin encontré la casa, estuve como diez minutos -o más- para que me atendieran. No contestaban, pero despuès de haber ido desde el centro hasta la Firestone, yo no estaba dispuesta a desistir tan rápido. Por fin se decidieron a abrirme. ¡Què incómodos estaban todos! Se les notaba tanto que "habían recibido visitas" antes de que yo llegara... Ya no me cabían más dudas: en LAX también me iban detras...
Sí, se dice rápido que te estan persiguiendo universalmente, paso a paso, teléfono por teléfono, dirección por dirección, vayas a donde vayas, hagas lo que hagas, estés donde estés, hables con quien hables, ahí estaban para coaccionarte en todo, para pararte en todo, para manipularlo todo y a todos; ahí estaban siempre, sin remedio..., pero vivirlo, experimentarlo e intentar entenderlo, y devanarte los sesos buscando el cómo, el dónde, en quén, hallar la solución, es otra cosa.

Además, verse otra vez entre evangélicos, fue demasiado:una noche, esperando en el salón para la hora de la ducha, estalle en un llanto histérico y desconsolado; ¡otra vez lo mismo, otra vez con esa gente, otra vez!. Una chica se me acercó y pretendió consolarme. Hablaba el español porque era española. No era creyente sino budista y también vivía en el Shelter, así que me desahogué a los gritos, llorando, soltando toda la desesperación que había venido acumulado durante tanto tiempo; chillé, chillé y chillé, explicando: miles de kilómetros, años y años y años ¡para estar en el mismo lugaaarrr!; y otra vez con ellos -los evangélicos-; es innnsoportaaableee!!! ¡Son los dueños del muuundooo!!!...
Desde que tenía unos veinte años tenía una frase: "no me quiero morir sin conocer California".
Muy bien, estaba en California. Y no me gustó. LAX no me gustó. Lo hallé -a pesar de todo- incomodísimo para los sin dinero, y lleno de "nosotros" y de locales que te hacen sentir verguenza de tí mismo, miserable... Una blusa, trecientos dólares como nada; zapatos?, no hablemos...

Una de las cosas que también me robó "la gestapo" en Barcelona, fue un poema que le escribí a Los Angeles por el 2004. Una lástima pues era toda una inspiración. Pero hablaba de los olores: toda la zona por donde estaba el Shelter y los demás espacios para "nosotros" el olor a grasa rancia impregnada en el asfalto era apestante; la comida para los que no estaban bajo techo eran distribuidas en la vía pùblica por los centros, y francamente, nadie se ocupaba de cuidar si caía o no comida en el suelo, o dónde quedaban los sobrantes y los platos de cartón utilizados...

Sí, creo que, en general el Dawn Town de LAX es sucio...Y parece ser el sitio en donde se acumula toda la pobreza de Los Angeles. Edificios enteros -antiguos hoteles- ocupados por familias de americanos de orígen centroafricano, que se los otorga el estado para que vivan en tanto cobran una pensión de unos docientos cincuenta dólares por la falta de trabajo; en las esquinas te encontrabas gentes haciéndose el día vendiendo cigarrillos... Sí, también te encontrabas con algún que otro equipo filmando alguna película, y resulta gracioso ver cómo el choche rueda -por ejemplo- sobre un riel, en donde también va montada la cámara...
En los jardines de la Biblioteca
ví que éste actor -que nunca fue de mis favoritos- que acaba de ganar el Oscar, Jeff Bridge, estaba actuando para una película con una señorita que no reconocí...
Una preciosa mañana de sol salgo del centro de las "8 horas para dormir" -no recuerdo por qué había pasado allí esa noche- con todo el entusiasmo en un arranque de "ahora sí, lo voy a conseguir" y me encuentro justo en la puerta a los bomberos y a la policía y a una mujer acostada boca abajo sobre el capót de un coche. Decían estaba muerta. De una sobredosis. Me pareció - la cara de ella, girada hacia la calle- la chica americana que tanto me había agradado y que había conocido allí mismo. Se me vino el alma al suelo. Salí rápido y comencé a llorar llena de angustia. Fuí a una cafetería que también era para gentes como una y allí me quedé lorando y tomando algo a modo de desayuno. No podía con la angustia que me había producido semejante visión y con la idea de que hubiera sido aquella chica. Apenas la había visto unas veces, pero me había caído muy bien. Y ahora la había visto tirada arriba del motor de un coche...

Dí vueltas por LAX no dando pie con bola.
Sí, me gustó comprarme zapatillitas chinas -bonitas, bonitas, bonitas- por un dólar, y ver que también había pantalones por dos dólares con cincuenta o tres, así como camisetas. También comer en pequeños restaurantes por un dólar; fideos o arroz chinos. Rico, rico.
De la casa de la sudamericana, ni noticias. Otra cosa, no salía.

Estuve también por la oficina de Inmigración para ver de quedarme, pero me encontré con un poco más de lo mismo. Ya no me acuerdo. De lo que sí me acuerdo es de unos sudamericanos que estaban felices de la vida porque luego de ¡quince años! -me desmayé!- les habían otorgado el Green Card y pódían salir de USA a ver a sus familias a su país. Estaban tan felices que me regalaron treinta dólares...
Si yo tuviera más sentido de la importancia del factor sorpresa quizás hubiera podido lograr algo en LAX porque un día estando tomando un café en Mc Donald un individuo se me sentó, a distancia, justamente en frente y mirando algo en su mano, me miraba a mí luego, como si tuviera mi fotografía. En ese momento entraron dos policías, y al ver ese gesto por parte del desconcocido, me levanté como para ir a buscar a los policías. El extraño se levantó más que rápido pudo y desapareció. A los policías no les dije nada. ¿Hubieran sido las cosas distintas si lo hubiera hecho? No lo sé. Había sí antes estado en una seccional y el buen hombre me había preguntado si había querido suicidarme -por todo lo que le mostré de los papeles que llevaba-. Por supuesto le dije que no, que tomaba complementos vitamínicos, cosa que era cierto. Pero la inocencia... Me mandó al Shelter...
Cuando decidí ir ya a la policía a explicar por qué yo estaba en Los Angeles y en Estados Unidos, ya era tarde: no me dieron ni bola. Ya estaban "avisados", manipulados, manejados, direccionados, y todos los "ados".
Lo mismo ocurrió cuando fui a la policía de los Juzgados: ya me "identificaban",(reconocían); apenas me escucharon explicar que yo no había hecho esas imágenes, que nunca había sido ni porno ni prostituta (lloraba de rabia al ver que en TODOS lados era lo mismo!); trajeron a una oficial traductora que al traducir miraba al del juzgado como diciendo "ella sabe lo que se le está haciendo", en tanto el oficial me miraba como diciéndose "Pero ¿que es ésto; qué pasa aquí?", para terminar saliendo más que rápido hacia el interior de las oficinas... Atenderme sin ser atendida...
La oficial traductora, con cara de resignación y diciéndome que las prostitutas y las pornos no paran en los Shelters, me acompañó hasta la puerta. Yo pensé: ¡Por fin una que piensa con la cabeza sobre su cuello!!!