lunes, 15 de marzo de 2010

PAGOLA II

En el viaje a la casa de N2 se quiso ligar al chofer del taxi -"Ay, si no fueras tan jovencito y yo tan mayor ya..."- dijo cuando bajamos. -"Esta mujer es incorregible!"-, pensé.

Muy bien, instalada en su casa, bla, bla, bla. -"Mira, que estoy sin dinero y no vamos a tener qué comer, hija"- me suelta. Claro, yo pensando en mis cien dólares que había llevado para "mis vacaciones", cosa que ya se lo había comentado.

Al final, le doy setenta explicándole que por lo menos para mis gastos de bus, para salir y lo que fuera, me quedaba con treinta. Ya no fumaba, así que no necesitaba mucho más, hasta el veinticuatro de diciembre, que ella cobraba.
Vamos al Wom a hacer la compra. Teresa tiene por hábito llenar el freezer y la alacena hasta reventar. Congela cantidad de comida por meses. Y esta vez no fue diferente. Así que llegamos a la caja y todo sumaba exactos cien dólares. ¿Què iba a hacer yo? ¿Decirle que achicara hasta los setenta? Si ella sabía lo que correspondía hacer. Pero no, se me quedó mirando hasta que me preguntó si tenía encima los treinta. En definitiva, que me quedé sin nada y el resto de mis vacaciones, encerrada en su casa.

No recuerdo bien, pero creo que me quedé mas tiempo en Lima y pasamos esas fiestas de navidad y año nuevo juntas y si no recuerdo mal, su cumpleaños.

Sé que las navidades las pasamos en casa de su tía con todos sus hijos y su familia. Sí me devolvió el dinero. Pero mira qué cosa, yo compré unas flores amarillas para llevarle a la tía y ella se opuso porque las flores amarillas no son "buenas". Pero cuando íbamos en taxi, ya para la fiesta, paramos en un puesto de flores y le compró ella unas flores "amarillas". Me quedé de piedra. Esta familia es una maravilla. Todos.
Ahí probé el famoso pavo de navidad, con mango. No se puede creer.
También, como no, otro disgusto. Yo no bebía, así que eso llamó la atención. Y Teresita -métome en todo, como ella misma se denomina- tuvo que acotar -"Ah, no. No fuma, no bebe, no sale con hombres. Le han lavado la cabeza con esa religión de ella."- Sería posible! En Barcelona se había quejado de que -"Lo último que hace al acostarse, es prenderse un pitillo, y lo primero que hace al levantarse, es prenderse un pitillo. Fuma como un escuerzo."- Ahora, también le molestaba que ya no fumara ni nada. No hay cosa que le venga bien.

El hermano de N2 se casó por la noche por la iglesia católica. Por el día se hizo la fiesta en un salón en donde se comió el Ají de Gallina (entre otras cosas), y se bailó. Me quedé fascinada cómo bailan la salsa los peruanos. En especial el hermanito de N2 con su chica. Tan delgaditos los dos, tan plásticos...
Después de ésto, me parece que N2 se volvió antes, porque yo me quedaba.

Conocí a una prima mía.
Bs.As. El Pagola.
Alguna hermanita me comentó lo del Hogar Pagola, del Ejército de Salvación, de la calle Esparza y ahí fui.
Me pidieron un montón de requisitos y, entre ellos, una carta de recomendación del pastor de mi congregación. Y se la llevé, firmada por el pastor "Josue". ¿Por qué no la firmó el pastor Giménez o su esposa, la pastora Irma? No lo sé. Ellos eran a los que acudíamos todos: pastor Héctor Giménez y pastora Irma, así que yo en eso no era diferente.

Antes de salir a vender, busqué consejo yo respaldo en ellos; quería saber, que alguien me dijera "qué pasaba con mi vida", por qué nada funcionaba...
El pastor, aparte de enviarme a la pastora, me dijo algo que me hizo quedarme pensando de qué estaba hablando: que yo era "terrible".

Puedo ser muchas cosas, pero terrible, de ninguna manera... ¿Informaciones...?

La pastora hizo lo de siempre, me evitó hasta que me cansó.
Y no era por la carta que le había enviado desde Barcelona a la Iglesia advirtiendo sobre conductas que iban a traer mucho perjuicio, porque ésto lo había hecho siempre. Así que, ya lo digo, como siempre, pelota afuera, arréglate como puedas.

"Que dios te ayude, pero no cuentes conmigo".

Esa es otra cosa a destacar, incluso cuando estaba en Barcelona y comentaba las dificultades que tenía, Teresita -y no recuerdo si alguien más- me decía -"y la iglesia no te ayuda?"-, en tanto que la iglesia me decía -"y tu familia no te ayuda?"-

O sea, se pasaban la pelota de unos a otros. Pero ahora pienso, para joderme bien la vida, ahí sí que han estado...

Te digo una cosa: absolutamente NADIE sobrevive en esta jungla de cemento absolutamente SOLO. No estamos como Robinson Crusoe en una isla. Es un mundo predador (o depredador, como prefieras) y todos INTERRELACIONAMOS. Ya sean parientes, ya sean amigos, compañeros... alguien. No sobrevives si todos, dicen NO a todo.

Entro a vivir al hogar Pagola, no sin cosas por lo menos extrañas, desde el principio: la habitación que me asignaron llevaba el nº 7 cuando la ví. Cuando me mudé, se lo habán cambiado; era la nº1.
En mi primer día me crucé por los pasillos, saliendo del baño a una uniformada, miembro del ES, que estaba despotricando. Era su último día en la casa y me dijo: -"¡Ya vas a ver lo que es esto!, escapate lo más rápido que puedas! ¡Son lo peor de lo peor!

La habitación, que daba a un patiecito aire-luz del edificio, con una pequeña puerta para acceder, y una ventana, estaba equipado con una cama, un colchón, una "cómoda" y un ropero. Nada más. Entré pagando la mitad de lo que me salía una habitación compartida en una pensión, e iba a estar sola. No medía más de un metro y medio por dos y medio...?

Yo carecía de todo: ni tazas, ni platos, ni cubiertos, ni ropa de cama, ni almohada, nada, lo que se dice nada.

Por supuesto le solicité a la Capitana. Que no había nada, fue la respuesta.

Creo que fue una de las chicas que me facilitó una almohada, y algo de ropa de cama y algo para calentar agua y tomar un té.

Luego fuí a Marcela. Ella tenía muchas cosas mías y de mi hermana también. No hubo manera de que me diera nada, ni siquiera las cosa útiles para cocinar. Que Sergio había muerto, que ella estaba de luto y que estaba muy preocupada por lo que iba a ser de ella y que ahora no se podía ocupar de "mis problemas"...

Que alucinas? Sí, alucinas.

Poco a poco fui armando el cuarto y proveyéndome de todo lo que necesitaba. Pero fue muy poco a poco y mi mesita de noche mucho tiempo consistió en un cajón de manzanas. Más adelante una chica me pasó una normal y el cajón pasó a transformarse en dos, y pasaron a ser una biblioteca.

Colgué en la pared todas las fotos que tenía del matrimonio Ruiz, de San Ramón Nonato, de Barcelona... Tanto era el afecto que les había tenido. ¡Qué ingenua! Era tan ingenua, tan crédula, tan confiada, que los primeros tiempos dormía con la puerta de la habitación sin llave...!
¡Estaba en una casa para mujeres cristiana...!!! O no.

Mi vida se convirtió en trabajar -casi siempre desde las 11:00 hasta las 23:00 hora en la que solía ir por las factultades-, iglesia, casa.
Me inscribí para aprender a estudiar música -teclado- en la iglesia e inglés, además de hacer cursos bíblicos que daba la iglesia. ¡Linda sorpresa y patada en los tobillos recibí cuando luego de un exámen que hicimos en uno de esos cursos escuché al pastor Giménez predicar utilizando lo que yo había escrito! Con qué permiso? Me sentí estafada, robada. Eso era mío, de mi propio análisis, de mi propio esfuerzo personal...

Como me había vuelto colaboradora, me lo pasaba más tiempo en la iglesia que en cualquier otro lado. Si las cosas en el trabajo me iban
bien, me iba desde la tarde temprano hasta la noche, hora del cierre.

Las dificultades no tardaron en aparecer. Una noche vino la Capitana, literalmente, a torturarme a la habitación: "qué estaba haciendo", "que quiero ver el cuarto", "que quiero ver el patio", "porque claro, ahora estás bien, no Yanina?, ahora estás bien, m?, ahora si, no?", con una rabia, un odio y unas ganas de sacarme a patadas... A mí, lo único que se me dió fue por sentarme en la cama, taparme la cara con las manos y llorar, llorar y llorar... ¡Pero qué era todo ésto, qué pasaba?, en todos lados, no importa los quilómetros que hiciera, siempre estaba en lo mismo!!! ¡Qué desesperación!

La vulnerabilidad de ser MUJER SOLA, y en la pobreza, qué mejor que estar en una casa religiosa para mujeres para estar segura?
Si tienes, por ejemplo, dinero, haces lo que debes hacer en ese momento y te vas. Atada de pies y manos (como suelo decir yo ahora), a dónde vas a ir. Y, no lo veníamos intentando por años ya?, de un país a otro, y de un sitio para otro? A dónde iba a ir, y con qué? Y por qué lo iba a hacer, si mi conducta era irreprochable.
Eso era "estar bien"? Vivir en un cuarto donde ni siquiera puedes recibir visitas, donde tienes por mesita de luz un cajón de manzanas. Pero quién se cree ésta gente que es uno?

Luego cambiaría de actitud: una de cal y una de arena, conducta que emplearían los que me rodearon hasta el 2001 especialmente, y hasta hoy, particularmente.


Hubo un tiempo, quizas en el 1995, que llegué a estar "bien". No me faltaba el dinero (lo justo), buena relación en la casa y el servicio en la iglesia, tenía mi cuarto hecho una maravilla: el suelo encerado, cortinas, lustraba los muebles, tenía toda la ropa limpia, perfumada y planchada y me había hecho un hermoso jardín en el patio en donde en una enorme caja de telgopor de unos televisores bien grandes había plantado un ficus, un gomero y lazos de amor y lengua de gato (como los lazos de amor pero todos verde oscuro.

Me había incripto en El Conservatorio Municipal de Música Manuel de Falla de BsAs. para estudiar piano y canto.
Conocí a quien fuera amiga por dos años, N2, y a N, que se fue a Texas a vivir y estudiar medicina. Con N teníamos una relación fuera de serie. Sin hablarnos, nos complementábamos tanto que si yo compraba tres elementos para preparar una sopa, ella se aparecía con los tres que faltaban para ¡preparar una sopa! Era de no creer.
¡Cuánto le agradezco hoy todavía su amistad! ¡Y cuánto recuerdo su llamada desde Texas para saludarme y darme ánimos cuando más lo necesitaba porque ya habían comenzado los problemas graves allí también, como si lo supiera! ¡Cuánto te extrañé, N! Y no te he olvidado nunca...

Incluso hasta hubo una època, pero ésto creo que fue por 1994, que me ofrecieron pertenecer al Ejército de Salvación. Pero yo era pentecostal y de la iglesia de Ondas de Amor y Paz! ¡Y menos mal que no lo hice!

En 1996 mi amiga N2 me invita a viajar con ella al Perú, al casamiento de su hermano que yo había conocido en Bs.As., pobrecito, porque la policía se había ensañado con el y cada dos por tres lo detenían en el trayecto de tres calles que hacía de su trabajo al lugar en donde vivía, y nosotras íbamos a verlo y a llevarle de comer y cigarrillos, y el quería que yo estuviera también. Este chico, finalmente se había marchado de Bs.As. y había conseguido llegar a Roma donde estaba su prometida. (Luego de tres intentos en donde lo mandaban de vuelta, por fin lo consiguió como polizón en un barco). Ahora los dos iban a Lima a casarse. Yo saltaba en una pata, por el y su chica y ¡porque iba a conocer Lima, de donde era mi madre (por entonces así la llamaba) y mi familia materna!

Poco me duró la alegría porque N2 se echó para atrás. Que si el vuelo era muy caro, que no quería ir en bus (para que fuéramos las dos), y así nos lo pasamos peleándonos no sé cuánto tiempo

Para ésto, mi relación con N2 era como el de una hija; en éste caso, espiritual, o sea, que le jodí la vida llevándola a la iglesia y se había vuelto creyente.
Al final, sin convercerla, la convencí y fue mi primer viaje a Lima por tierra desde Bs.As.

Cuando ya estaba instalada en el Pagola había visto una dirección de Lima que me había dado Teresa en Barcelona, de una tía suya, por si algún día pasaba cualquier cosa, y que podía contar con ella.
Sé que les escribí y que ellos me contestaron. No sé si fue por saber de Teresa, ya no me acuerdo. Pero me suena que sí, que Teresa también me había escrito al Pagola...
De quién sí había recibido carta en el Pagola era de mi hermana. Ella sabía, por un hecho muy curioso que había acontecido, creo que en 1994. Un dia cuando yo iba saliendo por uno de los pasillos de la iglesia-cine-teatro -muy grande, como para dos mil personas- Ondas de Amor y Paz, me la veo entrando por la mitad del pasillo del medio. No sé dónde estará registrada la alegría que me dió verla. Estaba preciosa, delgadíta, con una falda roja mini, una blusa blanca y tacones; y con ese pelo negro que tanto la caracteriza.
Por supuesto, y por lo que fuere, lo alegre duró sólo un momento. Quizas ninguna de las dos estaba para festejar nada. De todos modos pasamos algún tiempo de share estuvo en el Pagola y había tomado la dirección. Me envió todas las cartas y tarjetas sin remitente siempre.
Una de esas veces recibí una en la que me trataba de TODO. De ella esas reacciones yo las comprendía más porque, decía yo, "se hace echar las cartas" y a lo mejor le decían cosas de mí que, por supuesto, no eran ciertas, porque de lo contrario si no esa carta no tenía razón de ser.

Lo que sí, es que en las cartas siempre una me hablaba de la otra, Teresa quejándose de mi hermana y mi hermana de Teresa, y sin embargo, yo sabía que se avenían mejor que yo con cualquiera de las dos.

Una cosa que me impresionaba era el que se culpara a Teresa del suicidio, en Barcelona, de "Teresita", nuestra hermana mayor que no conocimos, hija de un señor anterior a mi papá, del Perú. Cierto es que las versiones por parte de su madre de ese suicidio siempre fueron varias, nunca un mismo relato.

El viaje a Lima fue algo descomunal por las carreteras por donde va el autobús.
Hay una ruta en particular que te corta el aliento porque bordea, sin valla, ni arcen, lo que fuera antiquísimamente, el lecho de un río... y por donde se despeñan las piedritas que la carretera apenas tiene a los costados... y coches, y camiones, y autobuses. Y ahí se quedan. Por lo tanto, cuando lo var recorriendo, no sólo ves el precipicio, sino las piedritas que caen a tu paso, y los que en su hora no llegaron a destino. (O se encontraron con el).

Por lo demás, no fue nada entretenido porque N2 fue a sentarse con el conductor y viajó todo el tiempo allí.

Ya en Lima, que me gustó muchísimo, conocí al resto de la familia de N2 -numerosa, por cierto-, y, al conocer sus costumbres me dí cuenta de cómo nos equivocamos tantas veces por ignorancia. Comprendí, por ejemplo, por qué N2 se había sentado al lado del conductor de un taxi en Bs.As. y me lo había venido a contar porque el chofer le había faltado el respeto, queriendo incluso tocarla; le había puesto una mano en la pierna. Yo entonces, le dije ¡cómo se le ocurría sentarse adelante! Que seguro que la iban a tomar por otra cosa...

En Lima lo usual es que si vas solo o acompañado, lo primero que se ocupa es el lugar del acompañante del que conduce; lo notable es que N2 ésto no me lo había explicado nunca.

Conocí a la novia del novio, pero en su hermano algo había cambiado. El cariño profesado se había convertido en actitudes sospechosas y en cruces de miradas entre ellos.

Conocí a su hermanita más pequeña, no sé si tenía 17 o 18 años. Una joven recatada como yo jamás había conocido y pudorosa hasta el punto de que en la playa se metía en el agua, tal estaba en la arena: con short y camiseta... ¿y qué era lo que N2 me había dicho en tiempo atras de que su hermana había hecho películas X? ¡¿Cómo podía N2 decir algo así de una chicha como "A"?! Me empecé a preocupar por qué clase de chica era N2; entre el problema con el viaje, las "sospechas" que se movían en el ambiente conmigo en su casa y con ella ¿por ella? y ver ahora ésto de su hermana, era para ya comenzar a considerar la relación.

A "A" también terminamos entonces llevándola al evangelio y se hizo creyente.

Su mamá, una trabajadora de cabo a rabo. Ahí, en esa casa, conocí los mejores desayunos nunca vistos: cinco clases de quesos distintos, uno más delicioso que otro, pescado (fresco, porque su mamá se dedicaba a la compra venta) frito, zumos naturales de frutas -papaya, preferentemente, u otro, si querías-, café, leche y ya no sé qué más. La comida casera peruana, para mí, es una de las mejores -la típica-: arroz con pollo, con carne con unos condimentos autóctonos de la tierra, como el culantro; el famoso cebiche con "cancha" (un maíz de grano gordo tostado) en la salsa... Así comía(mos) en la casa de N2.

Estaban construyendo en una colina. Una casa grande, cómoda, para todos ellos. Todo estaba en obras. No tenían -por la zona- agua potable, así que compraban unos enormes tanques azules. La cerveza es más fácil de adquirir que el agua.

Y esa tan clásica costumbre de tener la música y el televisor puesto. El bullicio. Todos colaborando en todo, tanto para preparar el desayuno, como la comida, o asear la casa. Sin conflictos, sin haraganerías, sin perezas, sin protesta ninguna. A mí no me dejaban que hiciera nada. Era la invitada.

Fue la mamá la encargada de preparar TODA la comida para el casamiento y los invitados, más de cincuenta: Ají de Gallina.
Con ellos conocí los "picarones", una especie de churros hechos con crema de zapallo amarillo. ¡Son deliciosísimos! También los preparaban en la casa, auque se vendía en puestos por la calle, así como la fruta: papayas, aguacates, mangos, que te los cortaban por la mitad y te los ibas comiendo.


Un día, en que el ambiente se había puesto un tanto espeso, decido ir a Miraflores a ver a aquella tía de quien tenía la dirección. N2 nunca había querido acompañarme, así que decidí ir sola. Ya cuando iba bajando la calle, tuve una rara sensación que me dió un poco de miedo, así que volví y le dije al novio que por favor me acompañara. Me acompañó sin ningún problema hasta que subí al bus. En Lima la música sonaba en todos lados y en el bus no era diferente. En realidad N2 resultó ser una buena anfitriona y buena cicerone. Lástima que siempre tenía eso de estar escondiendo algo, de estar guardándose algo. Y aquello de su hermanita...

Cuando llegué a la casa de la tía, una casa preciosísima, de esas adosadas, en donde las casas formaban un cemicírculo en forma de U cerradas por una verja, tuve que llamar desde la verja. Cuando llegué la puerta de la casa ya estaba abierta esperándome, así que cuando me asomé antes de entrar, la ví casi al momento: una señora alta, mayor, muy presentable...y Teresa...
Mi sorpresa y mi alegría fueron mayúsculas. En cambio para Teresa fue "casi" sorpresa pero de alegría, nada. Palideció, bajó la cabeza y se puso más rígida todavía cuando la abracé y la besé.
Tía, vaya a saber por qué, la miraba a ella -¿diría algo así como "viste, tú que decías...?"- y me recibía con auténtico placer de conocerme. Hoy la recuerdo como una gran mujer. No sé si vivirá todavía.
Teresa es una experta en practicamente todo, y en sobreponerse a los malos transes, y ahora no iba a ser diferente
. Así que ni lenta ni perezosa, como no, -"¡Te vienes a mi casa!, ¡cómo vas a estar en casa ajena aunque sea tu amiga, teniendo a tu madre!" En algún momento, taxi a la casa de N2 -"¡Haaa! ¡Pero si vive en los suburbios, es de la plebe!"-,-" y sin embargo tienen muuucho más que yo, que "no soy de la plebe", pensé para mis adentros. (¿O sí?).

LOS GENIOS ENTRE NOSOTROS

Los genios entre nosotros:
Te has puesto a pensar cómo, (ajustado a qué leyes) recibes tú ésto que estás leyendo? ó Cómo es que "entras" en Internet y puedes navegar, buscar información o, "simplemente?" escuchar la radio mientras trabajas en el computer?

Yo hay cosas en las que soy medio "durita de entendiemiento" y una de las cosas que siempre me costó comprender es cómo funciona el ojo, que capta la imagen dada vuelta y luego la da vuelta otra vez para que la proyectemos al derecho, o algo así. Para mí sigue siendo un misterio. O como esos cromados que te reflejan patas para arriba. No, no entiendo por qué. Aún hoy. ¿Lo entiendes tú? Y ya me lo pueden explicar que es como cuando mi papá me enseñaba que 50 ctvs. y 50 ctvs. eran UN peso. Para mí eran 100 ctvs. por más que me lo explicara.

Sí, ésto viaja por ondas, pero "montado" sobre qué viaja?

PARTICULAS MOLECULARES?


Pues hay genios entre nosotros que no sólo lo han comprendido, sino que lo han "armado" y aplicado de tal manera, que hoy tú y yo podemos aprovecharnos de ello y utilizarlo en todo su potencial; igual el cine o los programas con los que está equipado el computer;
o el mismo teléfono, la fotografía... Dime, a tí ¿no te llama la atención?