miércoles, 2 de junio de 2010

EL DINERO

La capacidad del poder adquisitivo del dinero, siempre deslumbra. Decir que se vive con lo justo es decir que se vive con limitaciones, limitaciones que tienen que ver con el quehacer o, mejor dicho, con el no hacer porque no se llega. Tiene que ver con frases como "no, es prohibitivo", o "no, que es carísimo". En las vidas en donde el dinero es escaso, la palabra, el pensamiento y la acción es NO. Cuando el dinero sobreabunda, la palabra "NO" esta fuera del diccionario; todo es posible, todo está al alcance de la realización, de alcanzar el objetivo o el objeto. Sólo es cuestión de decidir si el deseo es lo suficientemente fuerte o no.

Este abanico abierto lleno de posibilidades y puertas abiertas, deslumbra, encandila a aquel que vive su día por día con el mapa  de ruta trazado, marcado de antemano. Asombra el todo lo puedo del pudiente y no son escasas las comparaciones: "Se gasta tanto en..., en tanto yo me gasto tanto en esto otro!", en donde el gastador se gasta fortuna en una minucia, en una nimiedad, y el no puedo se lo gasta en algo escencial y/o imprescindible. O "¡Se gasta tanto en..., en tanto yo no puedo en ..." etc.,etc., por supuesto, en el mismo grado de importancia que lo anterior.

Esta vivencias en lo abundante pueden o no despertar envidias, pero lo que no deja de despertar es asombro, estupefacción en según que casos, y siempre, siempre, una especie de ceguera provocada por el resplandor que provoca el todo lo puedo porque tengo.

La riqueza deslumbra y, en el fondo, ante la diferencia desproporcionada y abismal entre los unos con los otros, está arraigado en nuestra cultura, grabado en nuestros genes, aunque sea de manera muy inconciente, el hecho de, como en "La Cenicienta", o "El Príncipe y el Mendigo", el "yo también tengo derecho", o el "yo me lo merezco", o, por lo menos el "ésta es mi oportunidad", ya que todos queremos alcanzar ese grado del ser supremo de que "todo lo puede", de acabar de una vez y para siempre con las penurias de la escaséz...

Pero nos olvidamos de que todo encantamiento, es, por lo menos, peligroso, ya que aunque la ceguera llegue a ser solo momentántea, no deja de ser ceguera...

Y, en éste contexto, ¿a cuánto se entaría dispuesto por el brillo luminoso del bendito y encantador dinero?

"SI ES INEXPLICABLE, ES INJUSTO". Dn. Felipe Gonzalez, ex Jefe de Gobierno de la Monarquía Española. (O del "Estado militar de España" como lo definieron algunos).