jueves, 4 de marzo de 2010

EL CAMBIO

En definitiva y en resumidas cuentas, me quedo con las maletas dando vueltas, sin dinero y sin tener a dónde ir, a finales de los J.J.O.O. de 1992. Solicito para poder quedarme con los de REMAR para no quedarme en la calle.

De Barcelona me voy con una pareja y otros jóvenes a Vitoria, pues este grupo se trasladaba allí y así dispusieron conmigo.

Creo que fue al mes que yo ya estaba desesperada por marcharme de la comunidad. Para ésto ya me había vuelto a comunicar con Teresa contándole que estaba "sieviendo al Señor" en una comunidad. En cuanto a mí en particular era llorar y llorar todo el tiempo. No sabía qué era lo que pasaba, por qué me trataban así, tan mal, entre otras cosas, ni por qué estaba allí, y cómo estaba.

Pido, un día, permiso para marcharme sola -si no no podía- y ya en la calle le digo al "Señor" -"si no me das un trabajo para salir de aquí, me voy a trabajar de alternadora---ya verás"-
Retiro las últimas 1200 pstas. que me qudaban el el banco y le pregunto a la cajera si no conoce a alguien que necesite personas para trabajar. Se lo piensa y me entrega una tarjeta: era de una agencia. Voy y termina contratandome un matrimonio (pasteleros-chocolateros), la familia Gascón, que tienen ya 2 niñas y está por tener el 3º bebé. Pero para empezar el lunes. Era viernes. Vuelvo a Remar y hablo con su fundador, Dn. Díez y le pido quedarme hasta el lunes, contándole que había conseguido trabajo. Me trató muy mal, me dijo de todo: que era una desagradecida, que quién me creía que era, que me había recogido de la calle -yo a todo ésto pensando y él quién se cree que soy yo para que me trate así, pero qué le pasa, ni que nos hubiéramos casado o fuéramos algo...- Y que ¿había estado en Barcelona dos años y sin poder trabajar y que ahora en un día había conseguido trabajo...? -"sí"- le contesté. Se enfadó muchísimo conmigo y dejó instrucciones para que me llevaran a un albergue del Ayuntamiento...

Cuando se hace la noche, los encargados -un chico y una chica- no están de acuerdo en la forma que estoy siendo tratada ni que me tengan que llevar a un albergue, así que de alguna manera todos estábamos haciendo fuerza para que cuando llegáramos estubiera cerrado...
Llegamos tarde; en realidad, no nos quisieron recibir, porque entramos y todo, pero luego, dijeron que no, que no había lugar...
Vuelta a Remar.

Al día siguiente, le comento a la chica de la agencia lo que había ocurrido, así que ella se comunica con los Gascón, diciéndome que si no hay otra solución, ella me llevaba a su casa. Los Gascón deciden pagarme un hotel hasta el lúnes; qué te cuento que con baño privado, vistas y todo. Yo alucinaba, no me lo podía creer. Me pasé un sábado en "libertad", como de vacaciones despuès de tanto sufrimiento... Con lo que tenía, comí ese día.

Comienzo a trabajar en esa enorme y bien equipada casa.Hay que ver, que creo que no estuve ni un mes. Ésta gente, como siempre, estaban encantados conmigo -sí, debo decir que caigo bien a la gente, en general- sólo que a los pocos días empezaron las caras y las miradas raras.Yo, como siempre, sin saber qué pasaba. Ellos solían llevar el pan sobrante a Remar, así que comencé a suponer que algo les habrían dicho de mi. No sabía qué pensar. O era cada vez que me comunicaba con Teresa? No podía saberlo.

Ay!, los pactos de silencio, cuánto daño hacen, como pueden vestirte una ropa que nada tiene que ver contigo, y tú sin saber nada...!

Ganaba 80.000 pts. x mes, pero un día me encararon entre el y su esposa y me hicieron una propuesta: o le firmaba un documento en en el que yo declaraba que trabajaba por mi cuenta y riesgo -porque no tenían ganas de que yo los denunciara que trabajaba en negro (de dónde habían sacado ésa idea?)- o de lo contrario me denunciaban de que yo me había quedado con joyas de ella -Ah, éste tema de las joyas...- Yo lloraba a lágrima viva por la impotencia, la soledad y la incredulidad: a mí que había manejado fortunas cuando trabajaba en las inmobiliarias, llevando los importes de las ventas de las propiedades a depositar al banco y JAMAS, NUNCA, LO QUE SE DICE NUNCA, ni me había faltado dinero ni habían dudado un segundo de mi honestidad, me venían a amenazar con una falsa denuncia! Pero con qué clase de gente estaba yo tratando; qué demonios le pasaba a todo el mundo! Asi que les presenté una tercer opción: que me prepararan la liquidación y que ya mismo me marchaba. Que si quería podía quedarme hasta que encontrara a otra, si no, ya mismo me iba. Y me fui.

LLovía a mares cuando me fui con mi pesado equipaje. Ahí afuera en medio del descampado donde estaba la casa, esperando un taxi.

Sé que me quedé unos días en Vitoria buscando otro trabajo. No sé cuántos ni en dónde; no lo recuerdo. Me gustaba Vitoria y quería quedarme allí a trabajar y a vivir. Como no lo conseguí, cogí un autobús y me fui a Madrid.

Ya en Madrid, me quedé horrorizada. No me gustó la ciudad para nada. Para colmo, me metí en una pensión, tres pisos por escalera, que cada escalon que pisaba, de madera crugiente, con el tremendo peso del equipaje, decía -"ahora me vengo abajo con maletas y todo". Pagaba por el cuartito 32.000pts. Entraban la camita, una mesita de noche, mis maletas y yo de pie.

¡Burro! Volví a comunicarme con Teresa, por teléfono.

Las vueltas que dí por esa ciudad, es de no creer. Buscando y buscando trabajo; probando en una casa con una anciana que no funcionaba con nadie -conmigo tampoco-, yendo a ver enormes chalets en los que todo muy bonito, pero que no. Caía bien en todas partes, pero luego venían las miradas raras, y no.
También cuando ya llegaba el atardecer, la noche, lloraba tooodo el tiempo. Es que las lágrimas se me salían solas. Buscaba ayuda en las iglesias (¡y siempre las mismas expresiones!) y nada.

Una noche ví que estrenaban una película "Un Horizonte muy Lejano", con Tom Cruise y Nicole Kidman...Entré, la ví, salí y volví a entrar. ¡Cómo me gustó! ¡Fuè una ráfaga de aire fresco en medio de tanto...¿dolor? DESASOCIEGO.
Decidí que donde encontrara trabajo estaría solo un mes, lo suficiente como para pagarme el regreso y volvería a Bs.As.

Por fin conseguí en una casa vieja, para una anciana invidente: la familia Gamarra. Y así fué, trabajé hasta conseguir lo suficiente y me fui. Para entonces creo que Teresita había decidido dejar Barcelona e irese a Lima. Había tenido su sobreático en venta -para eso había yo estado orando, pese a que no estaba de acuerdo, pero así lo quería ella- Ya no recuerdo si para cuando yo me fui, ella ya se había ido.

Me faltaba un paso más, otro cachetazo: tuve que dejar una maleta -sin seleccionar qué- completa en el aeropuerto por exeso de equipaje. El encargado de comuinicármelo, al cual no hubo manera de convencer, recuerdo estaba entre satisfecho y como a punto de salirse de detrás del mostrador y agarrarme a trompadas; como si de algo se estuviese vengando... Sé que entre esar cosa había pendientes de plata y otro montón de cosas importantes para mí que ya ni recuerdo.

¡Adiós España!