miércoles, 14 de abril de 2010

DERROTERO

El principio de esta situación fue verdaderamente desagradable. Fui a buscar ayuda a una de las iglesias de la zona donde ya había estado anteriormente para ver de encontrar alojamiento y resolver de algún modo tan desagradable situación. Lo único que conseguí es que se enteraran de todo el problema, pero nada más. No les daba en la gana ayudarme de ninguna manera.

Se que fui a Sants a dejar el equipaje grande. Ya pagaría cuando lo retirara. Y empecé a ir a un sitio y a otro, pero la noche me encontró sin tener un sitio dónde dormir.

Ya había pasado por el Ayuntamiento, por la Generalitat, por la calle Comercio, y por un albergue -por un día, no mas-, (un chalet vacío, con capacidad para diez camas) en Hospitalet, y por la policía.

En algún momento me fui a la iglesia de San Agustín. Este "mossèn" me ayudó dándome un poco de dinero para que pagara una habitación por día -o días-, me escuchó toda la problemática, y buscó ayuda estando yo adelante. Pero "las energías" que utilizaron contra el y contra mi fueron tan fuertes que hasta el se preocupó. También fue un error hablar de "lo energético" con el, porque, si habían utilizado malas energías contra mí (y eso era indudable), yo no me había dado cuenta. (¿?). Pero, al tiempo de haber hablado con el mossèn mi preocupación relacionada con lo "espiritual" y lo que conmigo habían hecho, ya sea por el, o porque -y es a lo que más estoy inclinada a pensar- el a su vez hablaba con otros o superiores, el perjucio para mí fue mayor, porque empezaron a usar "energías" brutales que antes nunca habian usado.

Ahí fue cuando comenzó el "satanás" (una energía fuerte, fría, oscura, penetrante).
Luego, con el tiempo, recordaría las situaciones vividas en este sentido en el Pagola, del Ejército de Salvación y comprendería muchas cosas de las ocurridas allí. Por ahora, estaba experimentando algo totalmente nuevo y aún era creyente den dios...

 Llamó a una abogada de "Derechos Humanos". No se que era lo que ella le decía, pero la cara de preocupación con la que me miraba parecía decirlo todo. Cuando colgó, me dijo que no querían hacer nada. Aún así, me envió a otro lugar, no lejos de ahí a ver una letrada. Esta mujer, siendo que conseguía hacerle los papeles de regularización a inmigrantes aún a chicos que habían delinquido, a mi no me ayudó en nada.

En una de esas visitas a San Agustín para ir a hablar con el mossen, me encotré en medio de un gran festejo. Había gente de todos lados, las h de la Caridad, y unas cuantas congregaciones más. Aún así me quedé. Pero el verdadero espectáculo fue cuando, sentada yo en primera fila, vi al que en ese momento era arzobispo de Barcelona en el atrio al lado del mossen morado como una ciruela...

Yo aún no los había bautizado "pimientos del piquillo"...

Una de las cosas más notables de todo este conflicto en ese momento, era que todas las iglesias, luego lo sabría, eran del Opus Dei.

Haciéndola corta, este mossen me ayudó un poco económicamente, hasta que "las versiones" lo hicieron desistir. Que "ahora" buscara a "otro" que me ayudara, me dijo un día con no disimulado disgusto.