lunes, 22 de marzo de 2010

NO TODO ES LO QUE PARECE

Venía de librar una guerra totalmtente desigual y no sabía por qué. ¿Dónde estaba el problema, por qué me perseguía el Ejército de Salvación, por qué me había ignorado el pastor Giménez, por qué me esquivaba el pastor Freidson, por qué los abogados del Colegio de Abogados de Buenos Aires no querían llevar un caso? Cuanto mucho, lo que me decían, era: "no va a prosperar". Había ido al pastor Giménez contándole lo del juez y le había pedido que necesitaba un abogado, y me dijo, ¿acaso te han hecho algo?, y, ´"sí, a las tres de la tarde aquí hay un abogado". ¿Tú lo viste? Yo tampoco.

Donde compraba la mercadería para vender también me habían dicho a baja voz que se me acusaba de robar. Pero, si había tenido a la policía detrás de mí, sabían que no era cierto. Y, qué tenía que ver eso con el acoso "machista" en el hotel de CyD. Por qué era maltratada a veces en los sitios a los que entraba para trabajar. Por qué me estaban, no solo persiguiendo sino difamando? ¿Qué se estaba ganando con ello y con qué se pagaba? Sí, por qué se invertía tanto en perseguir a una persona de vida vulgar y simple como la mía?.

Incluso había ido a hablar con curas, católicos. Tampoco había obtenido respuesta de ninguna clase. Que ellos no podían ayudarme. En nada. Y siempre esas conductas, no de quien se encuentra con alguien por primera vez, completamente desconcocido, sino que todos parecían seguir instrucciones. Por qué, por qué, por qué... Porque había denunciado al E.S. y sus actividades adentro de esa casa? No. Venía de antes. Pero por qué?!

En una de las iglesias católicas a las que fui por ayuda, había podido hablar con un Seminarista. ¡Qué excelente persona! Hablamos mucho. Yo quería rebuscar en mí a ver cual era mi tan grande pecado para vivir lo que estaba viviendo. Este aspirante a cura tenía superiores y a ellos fue a buscar para ver de ayudarme. Por la cara con la que volvió daba a entender que lo habían sacado a patadas. Que lo lamentaba, (y sí que había sido sincero, lo lamentaba) pero que le habían dicho que no; y el consejo de parte de él: -"A veces los propios hermanos en el Señor, pueden hacernos cosas muy malas. Sí, pueden ser ellos. Pero confía en El, no nos abandona. Sé muy fuerte, y ten paciencia."- Me impuso apenas su dedo en el centro de mi frente, oró algo y me embriagó de una de las más hermosas energías de luz y paz que he experimentado. (¡Qué lindo que es el mundo de lo energético de la luz y del amor!!!) Ese hombre realmente sentía lo que hacía. Y que ya no podía volver a recibirme. No tenía ninguna autoridad, solo era un seminarista.

El que más me había acompañado en aquellos momentos había sido uno de los ministros no nombrados de la iglesia de Freidson. Pero a el también lo habían alejado cuando las cosas se pusieron cada vez más feas. Luego, tambíén allí había tenido que soportar el peloteo y el acoso, ya abiertamente. Y siempre esa pregunta en el aire: Por qué.

Había fracasado absolutamente en todo. Y no, no sabía por qué. ¡Ay, los que pactan los silencios!!! ¡Ay las complicidades!!!, ¡Ay el prestar atención a una sola campana y a los disfrazados de corderos!!!

Y ahora qué? Alli, bajo el dominio total de Teresa. Obviamente no podía hablar ni ir a ver a ninguno de los que había conocido. Ya había empezado a fumar otra vez, así que aunque todo estaba suplido, esa parte constituia una dificultad.
Poco recuerdo de esos días. Sí que hubo gentes merodeando por los terrados, huyendo cuando nos dimos cuenta. Nos asustamos. Dejaba ropa al sol y aparecía manchada con lo que parecía sangre mezclada con algo...

Hicimos compras por la Plaza de Armas, para Navidad. Esta vez se me quedó grabada muy especialmente por lo bonito que fue ese paseo lleno de comercios, uno al lado del otro, lleno de bombillas de colores por las fiestas. El paseo ya era una fiesta y un mar de gente. Siempre era bonito pasear con Teresa. Tiene la virtud de hacértela pasar muy bien cuando va de compras o sale. Es alegre y divertida y tiene un importante grado de ingeniosidad y originalidad. Y para nada es egoísta entonces. Todo te lo quiere comprar. Pero esa noche, ella caminando adelante (con no recuerdo quien) y yo detrás con alquien más, se dió vuelta y me dijo con una fuerte emoción, con un gran sentimiento, se le vió que le salía del corazón: -¡"Tú te vienes conmigo a España; tú te vienes conmigo!"- Què fue lo que le pasó, nunca lo supe ni lo sabré.Era mi tercera Navidad en Lima. No recuerdo donde la pasamos.

Una chica que trabajaba para Teresa nos acompañaba siempre.
Fue ese año que se deshizo de todos sus libros (o de la mayoría) de ocultismo, de fotografías de su época de cantante, de artista. La vierdad que quién hizo la selección y tiró las cosas fue esa chica, su empleada. Yo con ella también me llevaba bien. Ya te he dicho que en realidad tengo empatía con la mayoría de la gente. Lástima la gestapo-inquisidora.

Teresa le pidió dinero a todos los que conocía por que "me llevo a mi hija Yani conmigo y no llego con lo que yo tengo. Cien dólares por aquí, cien dólares por allá...

En una conversación entre su empleada y ella, de salón a domitorio, las escucho que dicen: -"Sí, señora, pero por más que usted me preste el dinero para viajar..."- y se mordió los labios. Teresa la miró y se puso como se ponía cada vez que la pillaban dando un paso en falso. Yo, no dije ni esta boca es mía.

Más adelante sí me enteré de que la que se iba a España con ella era la empleada. Yo, no.

Francamente, salvo cuando salíamos por compras o íbamos a comer por ahí, el aire entre nosotras se podía cortar con un cuchillo.

Empecé a preguntarme qué era lo que yo iba a hacer. No podía quedarme en Lima. Yo no había ido a ver a nadie, ni había saludado a nadie desde mi llegada, para no molestar a Teresa, como ya dije antes. Pero dificilmente lo entenderían luego. O sí. No lo sabía. Además, si no habían querido ayudarme el año anterior, por temor, qué les iba a hacer cambiar de opinión ahora.
La mujer de mi tío pobre había muerto. Y mi tío, para mi sorpresa, aunque había mediado también entre mi madre y yo el año anterior, antes de que me sacara con maletas y todo, otra vez, defendiéndome, probablemente tampoco estaría muy dispuesto a recibirme en su casa.
Mi otro tío, el que vivía en el extranjero, menos. Entretenido con sus viajes, sus negocios, y ya me lo había dicho el año anterior. Además, literalmente, no tenía ni un peso, o un sol, o un real. Da igual.
Mi prima, con sus preparativos para marcharse del país a Estados Unidos, estaba conmigo muy cambiada.
No, no sabía lo qué iba a hacer. Aún así no le dije nada a mi madre.

Por fin fuimos a la agencia de viajes por el tema de la empleada. Ya Teresa me había dicho que ella no podía llevarme. No tenía dinero. Y nada más.
En la agencia le dijeron -o fue ella la que se los dijo a ellos, no recuerdo- que había problemas porque no le habían concedido el visado. La agencia le devolvía solo el 20% del billete y tampoco lo podía cambiar por otra fecha.
Yo, entonces, le presenté mi "oferta": Por qué no me pasaba el billete a mi nombre y yo luego desde Epaña se lo devolvería, o por giro o por Teresa. Que probablemente tendría que esperar unos meses, pero al menos lo recuperaría todo. Y aceptó.

Ya en 1996 Teresa me había presentado a una amiga de ella, mayor, que era vasca, casada (viuda) con un peruano. Esta señora vivía en una casa muy grande, con jardín por delante y patio-jardín por detrás, con toda su familia: hijos, nietos y demás. En el '96 me había querido dar 600 dólares para que fuera a visitar el Machu Pichu.Yo no le acepté, por parecerme un abuso. Pero me molestó la mirada que le hechó Teresa cuando la escuchó, como diciendo: ¡No! ¡No se te ocurra!
Bien, ésta señora nos hizo una fiesta de despedida. Yo le tenía un enorme afecto. Era una mujer digna, y digna de depositar la confianza en ella. Con ella se podía. Así que yo intimé con ella hablando muchas cosas, en especial sobre la mala relación con Teres y los porqués.

En la comida, (éramos un montón), a alguien se le ocurrió lo de la foto. ¿O fue Teresa? Creo que sí, que la cámara era suya. Yo me ofrecí a sacarla. Luego alguien dijo que yo me sentara y ella la sacaba. Me negué. _"No, no me gusta salir en las fotos"- le dije. Entonces Teresita, como no, dijo en tono de reproche y con desprecio: -"Ah no, porque tiene miedo que le hagan brujerías..."-. Yo entonces me enfadé y sólo atiné a decir -"No, peor que eso"- A Teresita, hasta hoy no sé por qué, se le crispó la cara y se puso tan blanca como el vestido que llevaba puesto. Me sorprendió y me pregunté entonces qué es lo que hace o sabe ésta mujer..., porque lo que yo realente pensaba era que junto con las calumnias y difamaciones en las falsas deununcias, adjuntaba fotografías. Yo por esas fechas, no creía tanto en las "brujerías", aunque supiera que las hacia.

La casa, de alquiler, la entregó antes de la fecha del viaje, así que buscó dónde quedarnos, pero decidió que en sitios separados. Así que me dijo algo que verdaderamente me indignó: que fuera a ver a mi prima y que tenía que "enamorarla" porque iba a tener que quedarme en su casa hasta la partida. -"Yo no enamoro a nadie"- le contesté, mientras pensé "eso es lo que haces tú".
Al final fue ella quien terminó encontrando los dos sitios. "Su" lugar era un hermono departamento de una amiga (que ni recuerdo) y una muy bonita habitación -de la que se dedicó a criticar hasta el más mínimo detalle-. Podíamos haber estado tranquilamente las dos. Pero no quería.
A mí me había tocado lejos, en un apartramento más grande pero no tan bonito. ¡Què mal me sentí entonces cuando recalé en esa habitación! La palabra que lo define es "pateada". No recuerdo cuántos días fueron. Dando vueltas por Lima, a pié, porque no tenía dinero; paseándome por los parques. Pero alquien organizó otra comida y fui invitada. Se hizo donde ella estaba, al aire libre en el balcón. Fue cuando conocí dónde estaba ella.
Conocí a unas cuantas personas, todas mujeres, si mal no recuerdo. Pero una me llamó la atención especialmente. Era otra prima mía, odontóloga, y me asombró porque era idéntica a mi hermana. Su misma cara. (Qué notable, mi papá decía que mi hermana iba a ser odontóloga).

Con mi prima, la buena samaritana, tuvimos un reencuentro. Estábamos con Teresa y una nenita, vecina, con la
que yo me estaba entreteniendo. Ella había ido a ver a su tía. Cuando levanto la vista veo a mi prima mirándome como si dejera: -"Mírala tú, y yo que la creía tan buena persona..."- mientras mi madre la miraba a ella y amí como diciendo: -"Viste, que no soy yo, sino ella?"- ¡Qué miserable que te sientes! ¡Qué porquería! Termina minándote la autoestima, la confianza y hasta las fuerzas. No tienes alternativa, no puedes preguntr, ni hablar, ni inquirir,ni chillar, gritar:¡Pero qué demonios les pasa!!! Vulnerabilidad.

Siempre fui una desentendida con el dinero. Jamás me preocupó y le dí valor a otras cosas, ya te lo dije. Además siempre supe que iba a poder ganármelo, ya que siempre he encontrado un recurso. Pero hoy cuando encuentro mujeres jóvenes les recomiendo imperiosamente que el dinero tiene que ser prioridad nº uno en sus vidas. Que si no tienes dinero vales menos que un perro muerto. Y si son varones, también.

Llegó el día de marcharse. Fuimos al aeropuerto por separdo. La encontré afuera sentada con la perrita. Me trató como si mejor estuviera sola. Y algo de eso me dijo. ¡Es tan feo sentirte un estorbo, que estás de más! Así que me levanté y me marché. Cuando volví la encontré con la empleada, su marido (que yo ya conocía también) y sus hijitos. Les estaba diciendo que yo la había dejado ahí sentada, sola. Los otros, por supuesto, me miraban como a una porquería. ¡Siempre igual: ¿por qué te aguantas?. Por vulnerabilidad.

El vuelo fue suspendido, así que nos pagaron una noche en un hotel. Un lujo, con todo detalle. Buffette Libre -en donde otra vez con ella lo pasamos genial- (¡qué manipuladora que es!, es una genio de la manipulación). Ya subir a las habitaciones -porque nos dieron dos, con baño privado, tipo apart-hotel, nevera, sala de estar, el dormitorio y ¡un televisor! que fue lo que yo aproveché, meré televisión- la cosa cambió. Volvieron a venir su empleada y su marido y los chicos y se encerraron todos en su habitación.

En el avión, prefirió viajar en un asiento sola y que yo me fuera a otro. Era algo así como que yo no te conozco. Para ésto yo ya había decidido conseguirme un trabajo donde tuviera para dormir también e irme lo más rápido posible de su lado y de ser posible, no volver a verla. Una vez que pagara mi billete a la chica, nunca más.

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