martes, 13 de abril de 2010

POR QUÉ? PORQUE...

No recuerdo cuando, pero al final llegué a deducir que todo lo ocurrido podía deberse a la famosa foto del periódico con mi imagen y el crimen cometido contra esa hermanita de la iglesia.

Yo me fui de Buenos Aires, de Argentina, como explico por ahí, poco tiempo después de ese suceso.

Y si al llegar aquí "sospecharon" de mí, de que yo podía estar huyendo de ese "problema" (que en realidad a mí no me había traído -al menos que yo supiera- ningún problema), y que era culpable? Podía ser una especie de "venganza" por esto? Eso incluso podía explicar los odios, los maltratos sin justificación ninguna y sin tener que ver con mi conducta... Una simple y constante provocación a modo de lisa y llanamente venganza? Lo que no pagaste, te lo vamos a hacer pagar de todas maneras, y con creces? Sí, podía ser perfectamente, al principio. Luego, abuso y nada más que abuso, al ver la vulnerabilidad, lo fácil que es ir contra una mujer, que ya tienen vendida, contra la que ellos han cometido un delito -porque mi inocencia está a la vista, en los hechos, en la conducta ¡¡¡durante 20 años!!!- y, si algún día se entera, no tenga ni voz ni voto para chillar... Y si estuvieran encubriendo a la persona -socia?- que saben que es responsable? Porque detras del disfráz de "buenas y ayudadoras personas" hay premeditación y alevosía...

El método? Inteligentísimo. "Que no, que no es", "que sí, que sí es",
y que no, y que sí, hasta que termina siendo sí.
"Que se calle, que ya se van a cansar, que no diga que la persiguen". Y los "emisarios": "Ten paciencia, ya se van a cansar...", hasta que llegaba la culpabilidad, y con ello también los palos...
Y así, por años...

Lo que aquí se llama "una de cal y una de arena". Y ellos, siempre con piel de oveja...
 Eso fue lo que me reconcieron en LAX: que aparecían como gentes -mayormente religiosos- que "me querían ayudar", y, como yo les dije a las señoritas del AIDS, me habían empujado hasta allí; huyendo, para estar en las mismas.


Pero no. Nada de todo esto es verdad. Las cosas comenzaron antes, mucho antes. Todo esto no es más que eslabones de una misma y larguísima cadena...


Los psicópatas -y más las asociaciones de psicópatas- no paran con sus víctimas hasta que no ven que ya no respiran.

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