miércoles, 17 de marzo de 2010

ODISEA

¡¡¡Fue horroroso!!! Si antes me perseguían -incluso hasta N2 llegó a comentarme que en todos lados a donde ibamos la gente se me quedaba mirando; y solía tener un dicho -"Yaniiinnna, contigo no hay intimidad"-, y yo le contestaba que no sabía por qué.-, a partir de ahí fue terrible. Hasta bañándome encontré que me estaban espiando por un orificio que habían hecho en el azulejo. JAMAS me habían acosado sexualmente, hasta ese momento. Era insoportable. Hasta D llegó a poner el canal x en el televisor estando yo en la habitación. Llamé a C y le dije -"mira lo que está haciendo tu marido, el hermanito, del Señor-" Ellos ya se congregaban en lo de Freizon, y yo casi también. Comencé a buscar ayuda en la iglesia, hablando con una con otros, ministros. Nada. Fui a Giménez, no me recibía. Fui a la policía. ¡Que no se me ocurriera denunciarlos -al ES-!, porque me lo iban a dar todo vuelta. ¡Pero qué hago! ¡No me dejan vivir! -Luego se lo pueden hacer peor- fue la respuesta. Que cómo se me había ocurrido menterme con esa gente.
Seguí buscando en la iglesia, escribí cartas a Giménez, a Freizon, a la Asociacón de Iglesias Evangélicas de la República Argentina. Nada cambiaba.
En el hotel, estando "encerrada" en el cuarto que me cambió C luego de lo del baño, escuché que estaban rondandome, molestándome y me puse a roncar exprofeso. Después de ésto comenzaron a imitarme y, es hasta el día de hoy, que lo repiten... Y viendo ahora mismo (cuando estoy escribiendo éste borrador) mi alrrededor, me estoy preguntando para quién estoy escribiendo ésto... Y de golpe, tengo la respuesta.).
Me recorrí toda la policía que encontré y, donde estaban dispuestos a aceptarme la denuncia, aparecían misteriosos personajes a mis espaldas que se los impedía.

Supongo que en algún momento -francamente no recuerdo- le debo haber escrito a Teresa, porque el 8 de diciembre ella me llamó al hotel. Le comenté lo que me estaba pasando, y rápidamente, no dando más de sí de alegría, me dijo que me fuera con ella, que estaba muy sola, que ella era peruana y que yo era su hija y que en Lima las dos podíamos vivir muy bien, que era una señal del cielo, porque era el día de la Asunción...
¡Qué felíz que fuí entonces! ¿Sería que "el Señor" me había escuchado después de tanto orar y ayunar y que por fin íbamos a poder conformar una familia?

No recuerdo como viajé, si ella me mandó el billete o me envió un giro. Lo que sí recuerdo es que un hermanito ministro de la iglesia de Freizon me dió para el taxi. Me fuí dejando todo, excepto ropa, el teclado y el televisor.
DyC no recuerdo dónde estaban, pero sé que no estaban el día que salí, así que dejé instrucciones de las cosas que eran para ellos. Sé que tuve problemas en la ventanilla del bus: el hombre me trató francamente mal, y yo se lo reproche, que no me faltara el respeto, y el me contestó que si no quería que me faltaran el respeto, perimero me respetara a mí misma. -¡¿Y usted a mí de qué me conoce?! - le chillé. Yme fuí a la policía. Una oficial que me atendió, me escuchó, miró algo en el computer y me acompañó. Al hombre se le había pasado la "rabia", y me pidió disculpas.
No recuerdo éste viaje.

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