jueves, 28 de abril de 2011

EL CAUCE NATURAL: AFUERA

PRO ASOCIACION CONTRA LA APROPIACIÓN INDEBIDA DE VIDAS HUMANAS


El caso es que una de esas visitas, digo, me pidió un favor: si me podía hacer cargo de las mascotas que tenían en el tiempo que ellos estuvieran afuera. Por supuesto dije que sí.
Este proyecto tenía una fecha, pero antes de que esta fecha llegara, en lo de T la sangre llegó al río. Por supuesto ni me acuerdo cómo empezó la cuestión, cómo y por qué vino la discusión, pero sé que yo estaba en la habitación en la que dormía y ella por la casa o en la suya y desde allí nos gritábamos. Qué nos decíamos entonces, ya ni me acuerdo, pero ante el griterío los vecinos terminaron llamando a la policía. Creo recordar algo de eso también por parte de ella, una amenaza o algo así, pero no puedo en este momento asegurarlo.
La policía llegó  y ella salió a atenderlos a la puerta, justamente pegada a la habitación que yo ocupaba. Ambas estábamos en camisón: el de ella, fino y provocativo, como era su estilo. Así fue cómo pude ver que entre que le explicaba no se qué historias en tanto que yo se las refutaba desde la habitación, la veo que por lo bajo les dice que yo era porno…
Sé que le dije de todo, todo lo que tenía acumulado desde mis veinticuatro años, todos los juicios que me tenía guardados y que le tenía perdonado; todo. Y cuando ví lo que le decía a los policías, estallé todavía más aún porque la policía quería que saliera y yo les contesté que primero tenía que vestirme porque para aparecer como uno vino al mundo, ya estaba ella, que para eso sí que tenía talento, pero que yo no era así y que eso había sido una de las cosas que más le habían molestado siempre…
La cuestión es que terminé preparando mi equipaje y marchándome, policía esperando. Eran las once y media de la noche. La policía quiso tenderme una mano; se dieron cuenta de que me estaba difamando  y habían estado averiguando a dónde iba a ir y estuve a punto de acompañarlos y hablarles, hablarles todo, pero por un lado, sabía que dos jóvenes agentes nada iban a poder hacer por mucha voluntad que pusieran, cuando las cosas llegaran “arriba” ya se iban a encargar de frenar todo, de tirar todo para atrás otra vez, y por el otro, la señora del primer piso, habiendo escuchado el escándalo, me estaba llamando por el comunicador de la calle; así, confusa, entre escuchar a los agentes y atenderla a ella que me ofrecía que subiera, e intuyendo que con los policías las cosas no iban a prosperar, los dejé marchar y subí a lo de la señora del primer piso.
Ahí pasé la noche; más vergüenza si se puede más todavía. Más estado de alerta si se quiere más todavía, porque no faltan las preguntas y no quieres comprometer más a otras gentes, cosa que harías si hablas bien de ellos. Al mismo tiempo te tienes que callar lo que con respecto a ti misma sabes de los sentimientos de los demás… Estás sola, y lo sabes. Y debes andar con pie de plomo; también lo sabes. Debes hablar lo suficiente para no defraudar y lo mínimo para no caer en trampas, actuales o futuras. Sí me despaché a gusto contra T.
Así que un par de horas más tarde, muy tarde, estabas durmiendo en el sofá de la casa de la señora. Al día siguiente vería de comunicarme con los de las mascotas y ver de adelantar el tiempo.

Para cualquier colaboración: CatalunyaCaixa, Cta. Cte. nº 20130050880201532512

muchas gracias.

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